martes, 27 de junio de 2017

Mis anécdotas celiacas en una Boda Civil

Se casa la prima de mi esposo. ¡Que alegría! Ella y su novio hacen una maravillosa pareja. Claro que iremos a la boda, no me la perdería por nada del mundo. ¡Espera!…. ¿ofrecerán comida? Ya me asusté.

Una Celiaca en un Chifa

El matrimonio civil de Francis y su novio Álvaro se realizó en presencia de familiares y amigos. La ceremonia estuvo muy bonita y llena de emoción.
Yo también al igual que mi esposo, estábamos sumamente emocionados; pero me entraba una incertidumbre por saber dónde íbamos a ir a celebrar luego, a almorzar.
Los novios nos dieron la dirección del restaurante, que terminó siendo un chifa.
-Ayy, Dios, ¿Y ahora, qué comeré? –me pregunté
Era almuerzo buffet, y pasé mi primera revista para ver si encontraba algo que podía comer, algo sin gluten. Sólo encontré tomate y brócoli sancochado, y me sentí desanimada. Me dirán que tal vez, debí llevar mi tapper pero no es posible sacar un tapper en un restaurante. Así que me senté al lado de todos los invitados y en mi sitio no había nada. Llamé al mozo, pedí la carta y le dije:

-Me da un pescado al vapor, solo con sal, sin nada mas, ni si siquiera sillau. Soy altamente alérgica –le dije
El mozo, me miró medio asustado y continué.
-Por  favor, me da además una porción de arroz –continué- y que lo hagan en ollas bien lavadas.
Espero que el mozo, me haya entendido –pensé.

Los invitados me miraban y se mostraron preocupados por mi. Querían saber si estaba enferma… la verdad, no sentía que era momento para hablar de mi enfermedad celiaca; era la celebración de una boda, definitivamente no era el momento apropiado.
Mientras esperaba, avancé limpiando mis cubiertos, mientras los invitados iban comiendo su delicioso arroz chaufa, verduras salteadas con sillau, pollito chijaukay, su sopa wantan, entre otros platillos de nuestra variada gastronomía.



Hasta que al fin, llegó el plato esperado; se veía tan dietético que hasta risa me dio. El mozo entendió muy bien el mensaje. Era un pescado totalmente blanco y delgado al vapor, junto con mi porción de arroz sin sal. Al fin, comeré alguito y le pediré a Diosito que sea sin gluten y no malogre la celebración.



La novia, que conocía de mi condición, se dio cuenta que había pasado por un “apuro alimenticio” y me alcanzó una ensalada de frutas que había en el buffet.


Muchas gracias Francis, eternamente  agradecida.
Terminó el almuerzo y en la noche habría un cóctel para continuar la celebración. La novia se apresuró en decirme:
-Leo tu blog, no te preocupes que te hemos comprado algo especial para que comas –me dijo.
La emoción que sentí fue grande; sería la primera vez en una reunión que podría comer bocaditos sin gluten, y que no sea fruta. Tenía que ir al cóctel.

Una celiaca en un cóctel
Finalmente, César y yo fuimos, y lo primero que vi, fue una mesa grande con tablas de quesos y embutidos, con diferentes tipos de pan. Había ensalada de frutas, pero como lo ví un poco cerca a unas migajas que habían caído en la mesa, desistí en comer fruta.



Francis tan pronto me vió, sacó de la cocina un plato grande de bocaditos dulces libres de gluten, jajajaja.

-Tuve mucho cuidado, Carmencita –me dijo- me lave bien las manos para preparar todo, y me alejé de todo lo que tuviera gluten, antes de prepararlo.




Quedé encantada con tal detalle, fue el cóctel que más he disfrutado. No me sentí diferente del resto, también estaba compartiendo. Más feliz no pude estar, y en ningún momento tuve ni cólicos, ni migraña.





Hola, si deseas recibir notificaciones de mis publicaciones, ingresa tus datos en el siguiente enlaceGRACIAS.


No hay comentarios:

Publicar un comentario