miércoles, 23 de mayo de 2018

Me contaminé en una fiesta infantil



Llegó el fin de semana, y teníamos una fiesta infantil. Una amiga mía, me había invitado al cumpleaños 2, de su hijita.

Cuando vamos a una fiesta, usualmente vamos César y yo junto a mis dos hijos. Justamente, para esa fiesta, César no podía, tenía que ir a hacer un trabajo. Así que yo, decidida me animé a ir sola con mis dos hijos.

- No hay problema, puedo con mis dos hijitos –pensé- ¿que podría salir mal?, pues nada.

Sinceramente, yo me sentía animada; y pensar que cuando era soltera me animaban las fiestas de cumpleaños de mis amigos, ahora estaba contenta en asistir a una fiesta infantil con mis hijos. Me compré hace unos días, un maquillaje sin gluten y decidí usarlo, para que mis hijos me vean otra cara y no la cara de "mostra" de siempre. Nos alistamos, y nos fuimos a la fiesta. César nos llevaría y nos dejaría en el lugar de la fiesta.



Cuando finalmente llegamos, me corrió un frío helado por el cuerpo, como si tuviera un mal presentimiento. Sinceramente, no quería que César se fuera y me dejara sola con nuestros dos hijos, pero nuevamente me mentalicé ¿qué podría salir mal?.

Habían muchos invitados, encontré una silla libre para mí y mis dos pequeños, quienes se habían quedado dormidos en el carro y recién se habían despertado… y el mayor de mis hijos no estaba de muy buen humor.

Salió la animadora a animar la fiesta infantil, y fue el momento para que pasaran las primeras bandejas de sándwiches con pollo. No imaginé que mis hijos cogerían los sándwiches, usualmente no les provoca, ¡agarraron los sanguchitos de pollo!. Tenía la esperanza, que se lo terminaran inmediatamente, hasta que el mayor de mis hijos, solo le dio una mordida y me dijo:

-Toma el pan mamá, ya no quiero –me dijo mi hijito
-Déjalo en un lado, mi amor –le respondí
- Nooo, tómalo –me respondió con cierto enfado

Bueno pues... cogí el pan que me dio mi hijo, lo puse a un lado y fui volando al baño a lavarme las manos; no sin antes dejar al mas pequeñin de la fiesta al cuidado de un invitado. Tan pronto entré a baño, escuché el llanto de mi hijo, pensó que lo había abandonado. Regresé rápido, lo cargué, y se calmó. Definitivamente, ya no podía regresar al baño.

Pasaron las palomitas de maíz, pensé que podía comerlas, y cogi tres bolsias, una para cada uno. Todos estábamos comiendo canchita, cuando se me vino un pensamiento aterrador a la cabeza:

-¿Y si la persona que hizo las palomitas, también hizo los sanguchitos? –pensé- ¿tendrán gluten?
Y mientras pensaba eso, mi hijito menor, metió su manito con migajitas de pan en mi bolsa de palomitas. Ya era tarde, me había contaminado.

Llegaron mas personas, y todavía no habían cantado el cumpleaños y no tenía muchas ganas de quedarme. No sabía si en cualquier momento me descompondría o tal vez era mi imaginación y no había digerido gluten. Mi hijo menor, seguía comiendo lentamente el sanguchito que cogió al principio de toda la historia, me la devolvió también… quería regresar al baño a lavarme las manos y no podía. 
Y cantaron el cumpleaños, me apuré para pedir un taxi de regreso y no encontraba. No había señal en mi celular, y debía salir al patio de la casa. Y mientras pensaba eso, mi hijo menor de acercó con entusiasmo a la mesa de bocaditos para coger los alfajores, mientras se bajaba los adornitos que había a su paso. Lo cargué inmediatamente, y se me ocurrió darle un alfajor a mi pequeño. Justo se le ocurrió ir al baño a mi hijo mayor, y lo acompañe con el menor en brazos. Esperando en la puerta del baño, me dí cuenta que mi hijo menor se estaba comiendo el papel del alfajor!!! Ya me puse histérica y metí el dedo en su boquita retirando el alfajor y buscando el papel,  que ya se lo había tragado. Cargué a mi hijito, quien recién se dio cuenta que mamá se había pintado y decidió coger con mu manito de alfajor los labios de su mamá.

-No hijito, no me toques la bocaaaa –levanté un poco la voz, un tanto histérica.

Algunas invitadas me miraban raro, habrán pensado:

“Madre desnaturalizada, no quiere que su hijito le toque”

Finalmente, entró la señal a mi celular y pedí un taxi. Con el menor en uno de los brazos, cogí en mi otra mano al mayor y me puse la mochila, con las sorpresitas y globos encima. Parecía un “ekeko” y subimos al taxi.

Llegué a casa, agotada y nerviosa, corrí a lavarme las manos y decirle a César que nunca mas iría a una fiesta infantil sola. Después de eso, mis hijos se durmieron y yo también.

“Mi fiesta” continuó al día siguiente, cuando me levanté con migraña, dolor de articulaciones y dolor de estómago. Tomé mucho líquido, mis pastillas gluten assist a ver si me recuperaba en algo, y un panadol para la migraña. Sentada en el water (donde se dice que es un buen sitio para meditar) me puse a pensar si hubo alguna manera de evitar todo eso. Sinceramente, me sentí frustada, yo siempre me cuido y algo hice mal ayer, algo salió de mis manos y me encontraba tirada en la cama con mucho cólico. Le pedí ayuda a César, para que sólo me acompañara, mientras todo pasara. Él me acompañó un momento, me dio fuerzas, y me dijo claramente que a veces esas cosas pasan, que lo superaré.

-Pudiste utilizar un pañito húmedo para limpiarte la mano –me dijo mi esposo.
-Eso no sirve –le respondí- solo agua y jabón quitan el gluten de las manos.

Me tomó tres días la recuperación y aunque siento como si me hubieran dado algunos golpes en el estomago, y llena de gases, ya puedo ir a atender a mis hijos.

jueves, 17 de mayo de 2018

¿Las medicinas tienen gluten?



Hace unas semanas atrás, me enfermé. Mis hijos estaban con una infección respiratoria, así que era muy probable que me hayan contagiado. Después de visitar al médico, me recetó antibiótico por 6 días.

-¡Vaya problema! –pensé- ¿y ahora? ¿Cómo saber si este antibiótico tiene gluten? Pues buscaré al laboratorio que me certifique que este antibiótico no tiene gluten.

Me imagino, lo que varios pensarían ¿acaso un celiaco debe tener cuidado inclusive en las medicinas que toma? La respuesta es contundentemente SI.

Usualmente, siempre acudimos a la medicina alternativa cuando nosotros los celiacos tenemos problemas de salud, pero ¿que pasa cuando no resulta o para e tratamiento de la enfermedad hay que tomar las medicinas convencionales?

Las pastillas, las capsulas, los jarabes pueden contener gluten. Siendo más específica, se puede encontrar en los excipientes y almidones. Y lo que nos toca como celiacos, es llamar al laboratorio para preguntar si tiene gluten o no, o en todo caso, solicitar ayuda de una farmacéutica que haga el servicio de leer toda la composición de la pastilla y confirmar si es apta o no para celiacos.

Volviendo a mi caso, fui a la farmacia, y la farmacéutica que me atendió fue gentil en leerme la composición del antibiótico de un determinado laboratorio, y descubrió que sí tenía gluten. Por suerte, ese antibiótico lo elaboraban varios laboratorios y aunque me quedé media hora en la farmacia leyendo la composición de cada uno, pude conseguir uno libre de gluten, que por cierto provenía de un laboratorio extranjero y era el mas caro. En esos momentos, que más daba, me compré mi medicina, tomé los 6 días y todo muy bien. Este fue mi caso en particular.

¿Demora mucho el laboratorio en dar la respuesta?
En ocasiones, cuando ni la farmacéutica, ni los ingredientes que se menciona en el papel adjunto de las pastillas especifican si tiene gluten, hay que llamar al laboratorio.
Yo he llamado a los laboratorios para preguntar por la composición de algunas medicinas, y la respuesta me ha llegado dos semanas después. ¿Acaso un enfermo debe esperar dos semanas para la respuesta del laboratorio? Pues definitivamente no. Y aunque el laboratorio se disculpó por la tardanza en la respuesta, le agradecí que me hicieran caso en la consulta que hice. No hay nada mejor para un ser humano que sentirse bien de salud, en definitiva dependiendo que tan mal esté uno de salud, hay que tomar la medicina que toca, siempre bajo la supervisión del médico en especial si la vida está en riesgo. Siempre poniendo en una balanza el beneficio que podría dar esa medicina y el riesgo que podría correr una persona si tiene gluten.

¿Qué pasa cuando la medicina es única para tratamiento de una enfermedad?
Estoy inscrita en algunas comunidades de celiacos de varios países, y en una de ellas, un celiaco con vih, estaba preocupado si debía tomar sus retrovirales porque no sabía si tenían gluten.  Aparte que los participantes de la comunidad le dábamos ánimos para que siguiera adelante porque estaba al borde de la depresión, la respuesta más acertada a su consulta, y que tuvo la aprobación de la mayoría de participantes decía que hay que “Priorizar, a veces es mas grave no tomar un medicamento que el riesgo de que tenga algo de trigo, avena, cebada y centeno, y si lo tiene la cantidad es insignificante”.
El retroviral era la única medicina que tenía para mantenerse en buena salud, debe tomarla así tenga gluten o no. Aún así, el participante investiga si tiene gluten.

Hay varios celiacos que deben tomar pastillas diariamente por el tratamiento de enfermedades. Si bien, es cierto que la ingesta del gluten en el organismo es acumulativo, la medicina debe ser sin gluten.   Ver enlace

En caso de que sólo exista un laboratorio que los fabrique, y en el peor de los casos manifieste que esa medicina tiene gluten, consultar al médico si no hay otra medicación alternativa y si el tiempo de ingesta de la medicina va a ser de corta duración. Como mencioné antes, si sólo es único el medicamento, no queda mas remedio que tomar la medicina, siempre siempre bajo supervisión del médico.

viernes, 11 de mayo de 2018

Un Día del Celiaco fuera de lo común




El Sábado 5 de Mayo, Día Internacional de la celiaquía fue un dia agitadísimo para mí.
A medida que a fecha se acercaba, me ponía nerviosa. Sentía como si se acercara la fecha de mi cumpleaños, jajajaja. Estaba muy emocionada.
Para ese día, desde semanas antes había planeado organizar un desayuno entre un grupo de personas celiacas en La casa del celiaco, para celebrar… celebrar que al fin descubrimos lo que nos hace mal que es el gluten (el gluten es una proteína que lo tiene la harina de trigo, cebada, centeno y avena), que podemos vivir con muy buena salud y llevando una vida normal sólo siguiendo al pie de la letra y con todos los cuidados una dieta libre de gluten.
Desde hace meses, tuve la idea de poner un panel led publicitario en el mes de Mayo, anunciando que era el Día del Celiaco. Ahora era el momento.
El aviso tendría tres presentaciones, quisimos que aparte del Dia del Celiaco, sea un aviso informativo, y así quedó:



Por sugerencia de mi esposo César, pensó que sería bueno hacer una transmisión en vivo en plena Av. Javier Prado cruce con Av. Guardia Civil, a medianoche, donde saldría el anuncio por el Día del Celiaco. Me comuniqué con la niñera para que cuidara a mis hijos, y nos propusimos a hacer la transmisión.

Nos tomó tiempo encontrar el mejor ángulo en donde podría aparecer la publicidad en la cámara, nos demoramos, al final a las 12:45 am se hizo la transmisión en Vivo y con mis nervios y todo , algo simpático salió.

Llegamos agotados a la casa y dispuestos a dormir, cuando no tenía planeado que mis dos hijos se despertarían buscando arrullo de mamá y créanme que me costó pero o hice.
Lo que no logré hacer, fue levantarme temprano para asistir al desayuno que había organizado con un grupo de chicas celiacas para celebrar nuestro día. Me costó levantarme, y César estaba con todo el malestar del resfrío. Pero igual me acompañó.

 Llegando a la Casa del Celiaco, las chicas me estaban esperando y las noté emocionadas por nuestro día y por el panel publicitario led que había puesto.



Comimos bien, sin restricción, estábamos todas felices. Conversamos amenamente, nos reímos de todo lo que habíamos pasado, nos aconsejábamos, dispuestas siempre a darnos la mano ante cualquier problema de salud que tengamos.
Ese día comimos como nunca, de paso que habían llegado nuevos productos sin gluten y había degustación. Esos momentos son gloriosos, para nosotras, así que había que probar. Había organizado también un sorteo por un vale de consumo, y las chicas que asistieron me apoyaron en todo el evento, que salió ameno y divertido.

Llegó la hora del almuerzo y no nos quedó espacio libre en el estómago, jajaja.

Nos despedimos, creo que fue el momento mas triste de la reunión. Para nosotros los celiacos, se nos hace dificil encontrar a alguien con quien compartir un desayuno, almuerzo o cena sin incomodar o que nos comprendan… pero esa reunión fue muy motivador. Salimos renovadas y listas para seguir adelante con la dieta. Es bonito tener un grupo de amigas que empatice con uno y se divierta, creo que no debería pasar mucho tiempo para volvernos a reunir así.