sábado, 24 de marzo de 2018

Buscando el huevo de pascua sin gluten



Hace unos días, me llamó una amiga mía preguntándome si conocía una marca de huevos de pascua de chocolate libres de gluten, la razón: en el colegio de sus hijos iba a haber intercambio de huevos de pascua, sus hijos eran celiacos, y no quería privarlos de ese gusto.

Si bien estamos cerca de la pascua, y pronto empezará la Semana Santa donde se estila mucho venden huevos de chocolate; no se me ocurrió pensar que en un colegio, iban a pedir huevos de pascua… bueno actualmente en el colegio piden cada cosa que en mi época no pedían (eso fue hace unos añitos atrás je).

Me lo tomé muy personal, y decidí yo misma buscar los huevos de pascua sin gluten. Me acordé que el año pasado, encontré varias marcas importadas, sobre todo brasileras, de huevos de pascua y que decían “Sin Gluten”. En ese momento, no los compré porque el precio era muy alto, aun así, me alegró que existieran algunas alternativas sin gluten.

Ingrata fue mi sorpresa, cuando este año llegué a los supermercados de Lima, y sólo había marcas nacionales de huevo de pascua, y lo peor que al leer los ingredientes tenían el dichoso trigo o el extracto de malta o especificaban que en el ambiente en donde fueron elaborados habían trigo (contaminación cruzada).

Me comuniqué con una amiga mía Argentina, y le hice la consulta a ver si sabía de alguna marca de huevos de pascua sin gluten en Argentina… a veces en Lima, encuentro marcas de dulces argentinos, y podría encontrar alguna. Lamentablemente, me dijo que los únicos huevos de pascua de chocolate sin gluten, se elaboran artesanalmente en Argentina pero que buscaría marcas.

Llamé a un supermercado que importaba chocolates, y me dijeron que no había especificación en la etiqueta sobre el gluten.

Luego, llamé a una tienda especialista en importar dulces y me dio una noticia no muy alentadora: "Carmen, el huevo de pascua, es un producto estacionario; es muy difícil que se importen huevos de pascua y más si son sin gluten. Te deseo suerte en tu búsqueda".

Sin perder las esperanzas, seguí buscando, pero debía existir algún dichoso huevito sin gluten, si mayormente son dulces para niños.
- ¿Acaso no piensan en los niños celiacos? –pensé- ¿Qué cosa pienso? Si con las justas algún grupo pequeño en el Perú sabe lo que es el gluten, menos sabrán que es ser celiaco.

Pensando en los hijos de mi amiga, llegué a una tienda de productos orgánicos, donde vendían aparte de productos orgánicos, productos sin gluten también.
Se me iluminaron los ojos cuando vi a la venta el huevo de pascua, elaborado por la misma tienda. Inmediatamente pregunté al encargado, si era libre de gluten. El encargado me dijo que en el ambiente donde lo trabajan no hay nada que sea gluten; y que el chocolate era uno nacional y que no tenía gluten. Me comuniqué con el mismísimo dueño de la marca de chocolate y me dijo que aunque no tenía certificación de ser libre de gluten, en el ambiente donde lo elaboran, no trabajan nada con gluten. Le sugerí aun así que consiguiera la certificación para tener la confianza en comprar el chocolate. Con ese descubrimiento bajo la manga, me apresuré a llamar a mi amiga y contarle mi “hazaña”. Me comprometí con mi amiga, que iba a probar el chocolate primero, a ver si tenía alguna reacción. Mi reacción al gluten es inmediata, me descompongo inmediatamente. Así que misma “conejillo de indias”, me compré el huevo, me comí un trozo del chocolate y a esperar la reacción.
Primer día: Todo bien (y eso que antes del chocolate me comí un plato de pallares, todo ok)
Segundo día: Todo bien.

Mi amiga agradeció el gesto y prefirió esperar hasta el tercer día a ver si seguía bien. En unas horas llegará el tercer día, y tengo la esperanza que seguiré con buena salud. A cruzar los dedos, con fé.

jueves, 15 de marzo de 2018

No eres celiaca porque no tienes ascendencia europea ¿y dónde están las rubias?



Hace unas semanas, decidí visitar a mi amiga Lizbeth de "Una Vida Gluten Free", celiaca así como yo. Estuvimos hablando de todo un poco, en resumidas cuentas una conversación muy amena, hasta que de pronto me comentó:

- Carmen, antes que me diagnosticaran celiaquía, me sentía tan mal de salud, visitaba médico tras médico y no daban con lo que yo tenía. Así que me informé, y todo indicaba que tenía celiaquía. Sólo que el médico, no quería hacerme el examen de sangre para descartar celiaquía porque no tengo ascendencia europea – me dijo mi amiga.

- ¿Te hizo el médico alguna pregunta sobre tu ascendencia, tus parientes, de que origen eran? – le pregunté tratando de contener la risa.

- No, sólo me miró – me respondió mi amiga.

En ese instante, nos reímos tanto a carcajadas, que en este momento mientras estoy escribiendo este post, me estoy riendo también.

- Así que por la cara, así de simple, no tienes ascendencia europea. Pues estamos iguales – le respondí, sin parar de reírme – no soy rubia, ni tengo ojos azules, ni verdes. ¿Será que en el fondo no soy celiaca?¿el examen que me hice era puro cuento porque no tengo ascendencia europea?

- Ehhh pero yo soy más morocha que tú – me respondió Lizbeth sin parar de reírse.

- Ahora que me acuerdo, a una amiga mía le pasó algo parecido, no le quisieron hacer el examen de celiaquía, porque el médico la miró y le dijo en pocas palabras “no eres europea, no puedes ser celiaca”– le conté a Lizbeth.

- ¿Qué les está pasando a los médicos que dicen eso a la ligera? - pensamos en voz alta las dos.


MITO:

1: “La enfermedad celíaca sólo afecta a las personas de origen europeo” – FALSO
Fuente


Es verdad, que hay varios celiacos de origen europeo pero la celiaquía afecta a todos los grupos étnicos. Y en caso fuera verdad, aquí la mayoría de peruanos somos una mezcla de razas.

Así que estimados lectores, cuando deseen hacerse el examen para descartar celiaquía, y el médico salga con una opinión de estas, ya saben que responderle. Sigan insistiendo a que le hagan su descarte.

domingo, 4 de marzo de 2018

Un potente desinflamante: El llantén (Receta)



El otro día, esta mamá celiaca metió la pata (literalmente)… pero esta vez, fue muy fuerte: dí un mal paso, me caí dos escalones, y mi pie quedó adolorido. Saqué cita con el traumatólogo, felizmente no tenía nada grave, pero aparte de recetarme unas pastillas que no me animé a tomarlas, por miedo a que tuvieran gluten, me dijo que necesitaba terapia física.
Estuve algunos días cojeando, esperando a que se vaya el dolor, cuando apareció esta plantita milagrosa que la recomiendo ahora mismo: el llantén.
El llantén es una planta herbácea que tiene propiedades medicinales, entre ellos es muy buen desinflamante.

Receta del desinflamante:

- Hojas de llantén
- Agua

1. Poner a hervir agua.
2. Lavar minuciosamente unas 5 hojas de llantén
3. Verter el agua caliente encima de las hojas y dejar reposar. Esperar a que enfríe y utilizar.



Se utilizan las hojas y el agua. Las hojas se utilizan como un cataplasma para colocar en el área inflamada del cuerpo. Yo coloque dos hojas del llantén en mi pie y las cubrí con una media. Me dormí con las hojas toda la noche, y al día siguiente el dolor en mi pie había disminuido considerablemente. Continué con el procedimiento por varios días.


Otros usos del llantén

Después que mi pie se desinflamó, me acordé que cuando era mamá lactante y mi busto terminaba inflamado de tanta succión de mis bebés, las hojas de llantén aliviaban mi malestar, colocándome las hojas como compresas en la parte afectada.

El agua restante de la infusión de las hojas también puede utilizarse, para desinflamar la piel dañada. Por ejemplo: mi hijo de 1 año lo utiliza al bañarse, cuando tiene su piel irritada.
La verdad, tengo mucho que agradecer a estas hojas de llantén, gracias a ellas no necesité tomar desinflamantes. Espero que pueda servir a otra persona también.