viernes, 29 de diciembre de 2017

Crónica de una navidad, entre la familia, la comida, los cohetones, y un paneton sin gluten



Y llegó el gran día ¡24 de Diciembre! . Me acuerdo que cuando era niña esperaba con ilusión ese día y el 25 de Diciembre por la navidad, reunión con la familia, la comida y los regalos. Sinceramente, es una época que me gusta mucho, sólo que ahora las cosas han cambiado. Me gusta más esta época porque invita a que haga un alto a mis cosas, y haga una reflexión sobre lo que me ha pasado durante el año, lo bueno, lo feo, lo bonito, lo malo, como adelantándome a fin de año. Además justo en el mes de Diciembre por arte de magia, el comportamiento de las personas cambian, unas para bien y otras todo lo contrario. Diciembre es un mes con mucha carga emocional, lo importante es saber manejarlo… y si uno es sensible mas todavía.

El 24 de Diciembre, me levanté temprano y lista a inmolarme en la cocina, por así decirlo, jajaja. Tomé mis precauciones y el día anterior ya había recibido ayuda preparando el puré de manzana y dejándolo en la congeladora para que dure unos días. Las verduras ya estaban picadas listas para ser sancochadas el mismo 24. El pavo ya lo había dejado macerado desde el día anterior, y a primera hora del 24 de Diciembre lo metí al horno. Luego proseguí a preparar los camotes acaramelados que tanto le gustan a mi esposo, pero… tenían que ser sin azúcar, mi suegro es diabético y no quería preparar algo adicional que lo diferenciara de los demás, todos comeríamos lo mismo; además el pavo era sin gluten, el puré de manzana, también, la ensalada obviamente, sin gluten y también lo sería el camote. Pensando en el reemplazo del azúcar recordé que tenía miel de agave, así que hice un almíbar de jugo de naranja con miel de agave y lo sancoché junto con los camotes en rodajas y salió bien. Los camotes tenían un dulzor suave que no empalagaba, y me gustó. Entre tanto ajetreo también fui a ver a mis hijos, que justamente ese día no querían separarse de su mamá. La niñera hacía lo posible por distraerlos y yo por complacerlos a pesar que ya tenía bastante en la cocina. El horno donde metí el pavo, hace tiempo no lo usaba, así que reconozco que el tiempo de cocción se me pasó!!! Me asusté a ver a mi pavito que tanto empeño le había puesto, medio rostizado.

-Ehhh, pavo crispy – me dijo mi esposo - ¿es la nueva tendencia?
-¿Y ahora que hacer? –me pregunté- no voy a dar como cena pavo al carbón
-¿Y si lo pruebas? –me dijo mi esposo – levanta la piel y veremos cómo está por dentro.

Por arte de magia, solo que había quemado la piel del pavo, todo lo demás estaba cocido y hasta jugoso. Resultó ser el mejor pavo que hice en los últimos años, aunque la próxima vez no me arriesgo tanto en quemarlo y menos quemar la fuente que estaba de sobreviviente.
A mi César junior, le gustó el pavo que hizo mamá, se me cayeron las lágrimas. Así que el mismo 24, como almuerzo, comió por adelantado la cena navideña. Luego, me pasé a mi otra cocina, pues sí, tengo otra cocina en donde no entra nada con gluten, en donde me doy un tiempo para preparar postres, y estaba haciendo mis trufas que tenía pedidos pendientes en avanzar. Mientras hacía mis trufas, me acordé que a mi hijo el mayor, le asustan los cohetones.
El año pasado, mis hijos estaban durmiendo cuando los cohetones empezaron a sonar y fue terrible. Los dos lloraban, pero mi hijo menor miró las luces de colores que iluminaban el cielo y se calmó, pero a César Junior, el susto, jamás se le fue y siempre recuerda el ruido de los cohetones. En la tarde, salí con mi esposo y mi César Junior en busca de los audífonos y los conseguimos. Mi hijo, a pesar de su edad, es consciente que los va a usar por los cohetones, y que mamá y papá estarán cerca y nada le pasará.



Me faltó preparar el arroz con cúrcuma para navidad. Utilicé cúrcuma, caldo de pollo recién echo para darle sabor a mi preparación y pecanas en cuadritos y dátiles en cuadritos. Salió bueno!! Si que me gustó el invento, aunque tomó su tiempo para prepararlo.
Mis hijos se acostaron temprano, cuando a eso de las 7:00 de la noche recibí una noticia del ambiente político, que hasta ahora me mueve el piso. Bueno, bueno… sólo queda esperar a ver que sucede con mi país, estamos en una incertidumbre muy fuerte y sólo quedaba rezar para que Dios ilumine los corazones y cerebros de los $padres de la patria, y sigamos adelante.
Nos reunimos para la cena, y todo salió bien. Pude comer a mis anchas, sabía que todo era libre de gluten. Eso sí, para evitar los dichosas flatulencias pues evité comer el puré de manzana, me limite a mi pavo light, mi ensalada y mi arroz. Todo en poca cantidad, y fue suficiente. Mi suegra había preparado chocolate, pero ya era demasiado, además no quería terminar con un problema estomacal, así que me abstuve.

Con toda, esta movida, se me olvidó empacar los regalos, que lo hice faltando tres horas para las doce. Saqué mi paneton de la refrigeradora, que lo había comprado hace varios días, y esperé a que se descongelara para comerlo el mismo 25 de Diciembre.
A las 11:30 de la noche, los cohetones sonaron con fuerza y mi César Junior asustado se levantó pidiendo audífonos, a los que les puse algodón y abracé a mi hijo con fuerza, mientras los perros ladraban.
Toda la familia reunida, con mi hijo en brazos, le dije que se calmara que nada malo le iba a pasar y le pusimos música para que escuchara por los audífonos, lo que lo tranquilizó un poco, pero los cohetones seguían sonando.
Llegó la medianoche y ¡Feliz Navidad!, mi hijo seguía asustado y me abrazaba con toda su fuerza, su papá al lado y yo esperaba a que pronto terminara todo el bullicio. Mi hijo se calmó cuando vió sus primeros regalos, y por arte de magia, los cohetones fueron desapareciendo. Nos acostamos temprano, diría que a la 1 de la madrugada hasta las 5:30 que mi hijo menor, se despertó como si nada, porque para él los cohetones lo habían arrullado.

Ya todos más tranquilos, rezando al niño Dios y dando gracias por todo, mis hijos se distrajeron mirando sus regalos y me dí una escapada con mi panetón y empecé a comérmelo de a poquitos, quitándole unos frutos secos, que a pesar de que habían pasado algunos días y estaba un poco duro el sabor estaba bueno ¡Feliz Navidad!



lunes, 18 de diciembre de 2017

Un cuento de navidad al estilo de Mamá Celiaca



Era el año de 2009, se acercaba Diciembre “Mes de la Navidad”, desde mi punto de vista, el mes mas hermoso del año. Pero ese año, en particular, había algo diferente, recién me habían diagnosticado celiaquía, y seguía una dieta libre de gluten (sin trigo, sin avena, sin cebada y sin centeno) y de muchos alimentos (algunas, frutas, verduras, menestras), pues según mi examen de alergias alimentarias, era alérgica a casi todo, así que no tenía mucho que elegir.

En ese entonces, estaba soltera, vivía con mis padres y mi hermana. En mi familia, siempre era yo la encargada de hacer la cena navideña, siempre había pavo horneado, pures de frutas, de camote, ensalada, el famoso arroz árabe, en pocas palabras, me inmolaba en la cocina para navidad y año nuevo.

En ese año, iban a venir unos tíos míos del extranjero a pasar la navidad, y si bien estaba contenta por verlos; mayor era mi responsabilidad porque no sabía que cena navideña haría. Todos los ingredientes que usaba antes, pues tienen gluten y no encontraba reemplazantes en los supermercados. Si algo debía rescatar de todo esto, es que debía dar gracias a Dios, porque estaba recuperando poco a poco mi salud, ahora tenía otro reto más grande: Preparar una rica cena navideña libre de gluten, de buen sabor y que lo disfrute la familia.

¿Qué Menú Navideño haría?

Pensé en ensalada como entrada, se la comería mi papá que es vegetariano, y mis demás familiares; pero yo era alérgica a las verduras en ese entonces, así que eso no comería.



El plato de fondo: Pavo al horno con sal… y no sabía que mas echarle hasta la pimienta me caía mal. Saldría un pavo sancochado ¿quién comería un pavo sancochado en Navidad? Pues solamente yo. De tanto pensar se me ocurrió la idea de echarle, además de la sal, aceite de oliva, jugo de naranja, sal y finas hierbas picadas.

Acompañamiento del pavo 1: lo único que tenía claro era el puré de pera endulzado con stevia que haría. Eso sí me saldría bien y la pera la podía comer.
Acompañamiento del pavo 2: me olvidé del arroz árabe, me decidí por el arroz graneado que todos los días se preparaba en casa, solo con aceite y un poco de sal.
Vísperas de navidad, me puse a preparar todo; mientras mi familia se preguntaba que cosa cocinaría.
Cocine arroz blanco bien graneadito, el puré de pera, la ensalada al final la hizo mi hermana. El pavo lo hice, tal cual lo había pensado. Gradué el horno, para darle un poquito de color al pavo, y se vea provocativo y al menos logré que tuviera un poco de color.
Llegó la familia y todos contentos de vernos. Cuando llegó la hora de la cena, no tenía ni ganas de servir, por la vergüenza que me daba la comida que había preparado. Bueno, ya estaba todo hecho, así que me decidí a servir. La familia mas allegada, sabía que era celiaca.
Primero salió la ensalada que hizo mi hermana y todos contentos. Luego hizo su aparición mi pavo palido con arroz blanco y un bol de puré de pera. Todos se sirvieron y comieron en silencio, mientras yo estaba que miraba desde la cocina, ni gnas tenpía de sentarme en la mesa. En ese momento, mi tía exclamó:

- Carmencita, te ha salido bien el pavo, de sabor muy suave. El puré muy rico–opinó mi tía

Ese detalle me hizo la noche. Mi hermana y mi mamá se acercaron a decirme, que mi pavo se sentía dietético; pero que no había salido mal, que vaya perfeccionando la receta que me saldrá mejor. Al final de todo esto, cené poco pero con gusto y alegre que me hayan comprendido. Tenía a mi familia reunida, y aunque alguno de ellos, no estaba muy al tanto de la celiaquía apoyó el esfuerzo que hice.

La verdad, rendirse no estaba en mis planes… para ningún celiaco rendirse debería ser una opción; lo importante es seguir luchando e intentando que las cosas sean mejor cada día.

Esa navidad, comprendí eso mismo, y que mi familia estaría presente para apoyarme en las buenas y malas y que lo mas importante de ese día, no es la comida, ni los regalos, sino el amor, el amor y empatía de los seres queridos. Dios nació en el corazón de cada uno.


MUY FELIZ NAVIDAD


domingo, 10 de diciembre de 2017

El "cabello de muñeca" de Mamá Celiaca


Recuerdo hace años, cuando estaba en el colegio, que un día, una profesora me tocó el cabello y me soltó este comentario:

-Tienes un cabello de muñeca, que delgadito y finito lo tienes –comentó la profesora

Yo no le di mucha importancia al tema, no sabía si tomarlo como un halago o una alerta. Finalmente, decidí tomarlo como un halago, que tenía un “cabello de muñeca”… aunque mi cara no me ayudaba mucho, pero al menos el cabello de una muñeca lo tenía.

Pasaron los años y a medida que crecía, y me vino el desarrollo, mi “cabello de muñeca” se me caía, se quebraba muy fácilmente, me salía caspa y se me esponjaba. Cambiaba de cortes de cabello, y de champús todas las veces que podía a ver si algo daba resultado y me solucionaba el problema, pero nada.

Se me ocurrió la gran idea de alisarlo, me había dado cuenta que habían varias chicas con el cabello alisado y se les veía muy bien y ordenada, yo quería verme asi también. Así que me arriesgue a hacer a mi cabello el famoso alisado brasilero y comprarme mi champú sin sal para que mi cabello siguiera tan lacio y ordenado como fuera posible. El proceso del alisado en sí me costó, realmente fue muy fuerte… me dío una alergia en plena sesión, pero no importaba mi cabello iba a quedar muy bonito y la verdad así fue. El laceado me duró un par de años, y cuando mi cabello se volvió esponjoso, otra vez, no me atrevía a hacerme un nuevo alisado nuevamente, no quería tener esa alergia tan fuerte que me dio ese día. Si bien durante el tiempo que me dio el laceado, el cabello me quedó ordenado, pues se me seguía cayendo, pero no le dí la importancia debida.

Luego, decidí hacerme un reacondicionamiento de cabello, bien caro por cierto, para mejorar su estado. Mi cabello se veía brillante, muy bonito, pero igual me duró muy poco.

Tiempo después, me diagnosticaron celiaquía y empecé con la dieta “cero gluten” y para mi sorpresa mi cabello dejó de caerme y mi cabello se volvió más fuerte. Eso sí, me di cuenta que cualquier champú no le hacía a mi cabello; así que busqué un champú sin gluten especial para mí, y lo conseguí.

Tal vez, mi cabello no sea el mejor del mundo pero me gusta cómo se ve actualmente, aunque tengo mis remolinos molestos, pero no es lo importante ahora. A la aparición de las canas (¿Qué puedo hacer?, los años pasan), pues me recomiendan usar un tinte; pero para eso tendría que buscar uno especial para mi tipo de cabello y que sea sin gluten, mejor me quedo así como estoy, total, me siento bien.

domingo, 3 de diciembre de 2017

Una reunión entre amigas Cero Gluten



Se acerca la Navidad, y es una buena excusa para realizar una reunión entre familiares y amigos. Desde que me diagnosticaron celiaquía, siempre sentí la necesidad de reunirme con un grupo de personas celiacas así como yo, para compartir experiencias y así no sentirme fuera de lugar. Si bien ha habido reuniones organizadas por la asociación, más que todo han sido conferencias en donde acuden varias personas que sienten curiosidad por saber que es la celiaquía y otras personas que son celiacas y quieren mantenerse informados.

Este año, pensé que podría ser diferente. Le comenté a César que quería realizar una reunión de fraternidad entre un grupo de celiacos seguidores de mi blog, un pequeño grupo, con quienes converso más seguido (es lo maravilloso de las redes sociales) pero nunca los había visto personalmente y menos escuchado su voz.

Así que decidí realizar la reunión y convocar a un pequeño grupo significativo. Estaba entusiasmada por la idea y nerviosa a la vez. Decidí que fuera un compartir en donde cada uno llevaría algo de su dieta sin gluten o sino podrían adquirirlo en La Casa del Celiaco, en donde se organizaría la reunión. Yo me decidí a llevar la leche de coco, que lo más difícil de prepararla, es partir el coco y pelarlo, jajaja, pero lo hice, menos mal no se rompió la loseta de mi casa.



Llegó el gran día. Ese día sabía que sería ajetreado pues antes tenía el agasajo navideño que ofrecía mi trabajo a los hijos de los trabajadores, y quería llevar a mis dos príncipes. Pues sí que los niños tienen una energía inagotable, estuvieron corriendo y jugando todo el día la pasaron super bien. Yo estaba cansada pero emocionada de la reunión que tendría.

Deje a mis hijos en casa, y con César nos fuimos a la Casa del Celiaco. Cuando llegué ya habían llegado las dos primeras invitadas, Lisbeth y Dalia ¡qué alegría sentí!, ellas estaban emocionadas también pues nunca habían tenido una reunión exclusivamente de celiacos.

Y ahí estábamos los 5 conversando, Lisbeth, Dalia, Violeta, mi esposo (que aunque era el único que no era celiaco también se nos unió) y yo por supuesto. Conversamos sobre la celiaquía, el gluten, las alergias, las endoscopías, las biopsias, como nos sentíamos actualmente, y cómo había afectado la celiaquía en nuestras vidas. Luego se nos unió a la conversación Jessica, otra invitada, con quien también compartimos experiencias. Llegamos a la conclusión que nosotras 5, habíamos pasamos por momentos muy difíciles, algunas estaban vivas de milagro, así como me leen de milagro, porque se les apareció un médico iluminado quien acertó en el diagnóstico y cada una empezó su proceso de recuperación. Simplemente nosotras como celiacas nos sentimos personas normales, que vivimos la vida intensamente por cada cosa que nos pasa, y nos consideramos grandes guerreras. Entre nosotras nos sentimos comprendidas, y disfrutamos a más no poder esa reunión, estábamos en familia. Comimos cupcake sin gluten, panetón sin gluten, pastel de choclo también sin gluten y por supuesto estaba la leche de coco que hice que según las personas que lo probaron, me salió muy rica. Punto para mí.


 El tiempo pasó y llegó el momento de la despedida… quedaron tantos temas pendientes por conversar. Aún así decidimos reunirnos muy pronto, era el inicio de una bonita amistad.

Este post se lo dedico con mucho cariño a mis nuevas amigas Lizbeth, Dalia, Jessica y a mi gran amiga Violeta. Un fuerte abrazo chicas, y a seguir adelante con la dieta cero gluten.

jueves, 23 de noviembre de 2017

Los gases, la celiaquía y yo



Lo reconozco públicamente, sufro de gases. Celiaco que se respete sufre de gases… la mayoría de nosotros. Antes que me diagnosticaran celiaquía, era algo tormentoso, mis cólicos de gases no cesaban, pero me los aliviaba tomando unas pastillas. Ahora con mi dieta libre de gluten, la situación ha mejorado, pero no se ha ido del todo. La verdad me muero de vergüenza cuando estoy con personas y me vienen los cólicos, me debo disculpar e irme a otro lado. Como anécdota contaré que en una ocasión que me hicieron una ecografía, para ver el estado de mi vesícula, y el médico que me examinaba me dijo:

-Tu vesícula está bien –me dijo el médico
-Que bien doctor –le respondí animada
-Pero, veo algo –me dijo el médico
-¿Qué cosa? –le pregunte asustada
-Tienes una llanta de gases, bastantes, demasiados –me respondió

Ante su respuesta, no sabía si reírme, o llorar o hacerme la que no escuché nada. Así que me quedé calladita. Al final, lo único que me sugirió fue que me tomara una pastilla para mis gasesitos.

De acuerdo a mi experiencia y consejos de varios amigos celiacos, les doy unas sugerencias de cómo prevenir los cólicos de gases:

- Después del desayuno, almuerzo y cena, caminar por media hora para ayudar a la digestión. Si es posible, sobar en forma circular la barriguita para ir expulsando los gasesitos.
- Evitar tomar bebidas durante las comidas.
- Evitar tomar bebidas muy calientes o muy heladas.
- Evitar el consumo de alimentos que ocasionan flatulencias: menestras, habas, brócoli, col, coliflor, lechuga, nabo, pimiento, pepino, espinacas, cebolla, rabanito, piña, plátano y chocolate.
- Evitar tomar la leche de vaca.
- Evitar consumir azúcar.
- Evitar toda bebida con gas.
- Cumplir el dicho popular “Desayuna como un Rey, almuerza como un Príncipe y cena como un Mendigo”
- En caso de cólicos, tomar infusión de manzanilla, un anís y en el peor de los casos enzimas de papaya libres de gluten.

Como dijo una celiaca sabia, dando la cuota de humor al tema: Es mejor botarlos y jamás retenerlos, preferible perder un pariente que a reventarse el intestino, jajajaja.

sábado, 18 de noviembre de 2017

¿Sirve la dieta libre de gluten en casos de gastritis y colon irritable?



Recuerdo hace años atrás, que le dije a una enfermera, que yo era celiaca. La enfermera me dijo que tenía una hermana que sufría de colon irritable y seguía la dieta libre de gluten porque se sentía mucho mejor. Mi esposo no es celiaco pero tiene gastritis, y me manifestó que cuando sigue mi dieta se siente mejor. Me quedé intrigada en ambos casos, y decidí investigar.

La gastritis es una inflamación del revestimiento del estómago y puede ser aguda (poco tiempo) o puede durar meses o año (crónica). Esta inflamación del estómago causa, en las personas que lo padecen, dolor en la parte superior del vientre o del estómago, náuseas y, en ocasiones, vómitos. Ver Enlace.

El síndrome de colon irritable es una enfermedad intestinal que provoca dolores abdominales y cambios en el tránsito intestinal, alternando períodos de estreñimiento con descomposición o diarrea. Ver Enlace.

En ambos casos, la situación se agudiza por factores externos como el stress. Es recomendable seguir una dieta especial para evitar el dolor y el malestar que ambas ocasionan.


En caso de colón irritable se debe evitar…
En caso de gastritis se debe evitar…
Lácteos
Lácteos
Frituras
Frituras
Carnes rojas procesadas
Carnes rojas procesadas
Yema de huevo
Condimentos, alimentos enlatados
Gaseosas
Gaseosas
Café
Café
Chocolate
Chocolate
Alimentos que producen gases como col, coliflor, legumbres, alcachofa, brócoli, cebolla, uvas. Cítricos.
Ají

Azúcar refinada
Azúcar refinada
Vegetales de hoja crudos como la lechuga.
Evitar consumir verduras como la col, el brócoli, el maní, las habas, las menestras, el tomate, los ajís, los cítricos y cualquier alimento ácido.
La fibra insoluble que se encuentra en harina de trigo integral, salvado de trigo, cereales integrales, semillas, frejol, lentejas, lechuga, espinacas, acelga, repollo, brócoli, uvas.
Harina blanca refinada



Es caso de colon irritable y gastritis es recomendable…
Evitar comidas copiosas y condimentadas
Evitar fumar
Evitar comer fuera de hora, sobretodo cenar tarde
Evitar ingerir los alimentos con prisa y stress.
Seguir alimentación balanceada
Para cocinar los alimentos, es recomendable utilizar estas técnicas de cocción: hervido, a vapor, microondas, plancha y horno.
Fuente: Ver Enlace.

Antes que me diagnosticaran celiaquía, pues por todos los síntomas que yo tenía, apuntaban que tenía gastritis y colon irritable, pues los síntomas son parecidos al de la celiaquía. Igual, aparte de los dos, yo tengo celiaquía. Para ambos problemas, uno de los alimentos prohibidos es la harina de trigo, la principal fuente de gluten y alimentos procesados que bien entre sus ingredientes puede contener gluten. Desde mi punto de vista, creo que no sería mala idea seguir la dieta libre de gluten principalmente si se tiene ambos problemas, aunque siempre es preferente pedir la opinión de un especialista.


lunes, 13 de noviembre de 2017

Nos vamos al estadio a ver el Repechaje Histórico


Hace 35 años, que mi querido Perú no clasifica al mundial.

Tengo recuerdos lejanos que en el año 1982, vi un partido de Perú en el mundial, y aunque perdió, pues Perú estaba en el mundial.

En estas últimas semanas, en el Perú se vive un ambiente diferente. Estamos a un paso del mundial pero sólo nos falta un partido para ganarle al contrincante en el repechaje, es decir Nueva Zelanda. El último partido, se define el miércoles 15 de Noviembre, en el Estado Nacional de Lima. Algo curios fue que, esta vez, para comprar las entradas se hizo un sorteo entre todos los interesados en querer ir al partido, previa inscripción en la pagina web, y si ganaba tenía derecho a comprar solo dos entradas para el esperado partido. En este caso yo me inscribí por sugerencia de mi esposo, que sueña como todos los peruanos ver al Perú en el mundial. Pero en realidad, no le tomé mucha importancia al sorteo, sin embargo, igual participe y para mi sorpresa:… ¡GANÉ!.

César pagó con anticipación las entradas por internet y solo faltaba recogerlas en el Estadio Nacional, sonaba fácil, pero no es así. Todas las personas que habían adquirido entrada en las tribunas de occidente y norte, tenían que recoger las entradas el domingo 12 de noviembre.
Mi única preocupación para ese día era quien cuidaría mis hijos ese domingo, porque al ser la ganadora tendría que ir yo personalmente, y por reglamentación también mi esposo, que había pagado las entradas.

Después de varias conversaciones, se acordó que los abuelos paternos se encargarían de uno de mis hijos y los abuelos maternos del otro. Por fin, llegó el gran día, y decidí no desayunar, sólo comer un pedazo de pan apto, simplemente no podía darme el lujo de digerir un desayuno completo cuando estaba con los nervios de punta pensando cuanto nos íbamos a demorar haciendo la cola para recoger las entradas. De los nervios tal vez, tendría que necesitar un baño, así que mejor no desayunaba.

Después de dejar a mis hijitos con sus respectivos abuelos, nos embarcamos camino al Estadio Nacional, donde llegamos a las 11:00 am aproximadamente. La cola que ví ni bien volteamos la esquina era increíblemente inmensa. Tengo que confesar que era tal mi desesperación por la hora que en ese momento estuve muy tentada en comprar el sitio en la cola que ofrecían de rato en rato algunos  señores y salir rápido de eso, pero desistimos a fin.



Así que aguantamos históricamente 3 horas haciendo la cola con el sol encima y todos los vendedores de todos los souvenirs inimaginables de la selección peruana y de sus principales jugadores. Reconozco que lo que más me provoco comprar en la cola era la gaseosa helada, y unas galletas cualquiera para comer, pero por obvias razones también desistí a eso.

No me explico cómo no se organizó de una manera ordenada el recojo de entradas ya que había una sola cola en un solo lugar para todos, pienso que pudieron organizarse para hacer la entrega en diferente lugares ya que de esta manera todo era un caos. Mi esposo en forma de broma me dijo que más rápido salía el trámite para casarse por civil, que recoger nuestras entradas.



Cuando por fin llegamos a boletería nos sentimos en la gloria, aunque la experiencia fue agobiante, yo había ganado el concurso más deseado del Perú y me sentía en éxtasis. La persona que me atendió me entregó las entradas que estaban con un sobre cerrado con mi nombre. A cambio, le entregamos la copia de los documentos y firmé; reconozco que todo eso, hasta risa me dio, ya que me decía a mí misma: “¡todo por un par de entradas!”.








Al final, regresamos volando a ver a nuestros hijos y finalmente comer algo apto para mí, pero con la satisfacción de lograr la meta del día, así como de haber resistido la tentación de comer algo con gluten. Fue un excelente día para mi!!!



jueves, 9 de noviembre de 2017

La importancia del leer las etiquetas de los productos



Todas las personas que van a comprar en tiendas, supermercados, alimentos embolsados o enlatados; a veces hacen las compras a “ojos cerrados”; me refiero a que simplemente toman los productos que necesitan y se los llevan, sin tomar en cuenta que en el etiquetado de cada producto hay demasiada información que bien puede servirle al consumidor.

Sin embargo, nosotros, los celiacos, si estamos acostumbrados a ello, a leer siempre el etiquetado, porque nos urge saber si el producto es libre de gluten o no, y si aun así el producto tiene la etiqueta certificada libre de gluten, pues leemos el resto de la información para tener mayor seguridad sobre los componentes, o si el producto  fue elaborado en un ambiente apto, o por un tema de alergias y/o en caso tuviera alguna otra advertencia particular. He encontrado en los supermercados, ciertos productos que indican ser libres de gluten, pero al leer todo el etiquetado me doy con la sorpresa que tiene avena y que en el ambiente donde fue procesado, también se procesaba harina de trigo ¿conclusión? el producto no es apto para celiacos.

Hay personas que no son celiacas, que también leen los componentes de los productos embolsados y enlatados, para ver: los niveles de sodio o las grasas trans que tiene el producto, por ejemplo. Otras personas, dependiendo el estilo de vida que tengan, pueden leer el etiquetado de los productos para asegurarse si son veganos o si son Kosher.

El fin único del etiquetado es informar, informar que alimento va a entrar a nuestro organismo, y así ver si nos beneficiará o no. Está en nuestras manos cuidar siempre de nuestra salud y siempre leer el etiquetado, independientemente sea celiaco o no.

domingo, 5 de noviembre de 2017

¡Que flaca estás! ¿Acaso es por la dieta libre de gluten?


Antes que me diagnosticaran celiaquía mi peso oscilaba entre 55 y 58 kilos: era una gordita panzona o de un momento a otro me volvía en una flaca panzona, eso sí, la panza nunca se me iba. Era por la celiaquía.
Hace años que sigo la dieta libre de gluten y mi peso se estancó en 53 kilos, sólo subí de peso en mis dos embarazos y alcance hasta los 62 kilos y luego volví a los 53 kilos.
Tengo amigos y conocidos que siguen la dieta libre de gluten y son altos, bajos, delgados y con contextura gruesa. Hay personas que de manera equivocada siguen la dieta libre de gluten con la idea que tendrán una buena figura, hasta hay personas famosas que la siguen sin ser celiacos. Pues eso está muy lejos de la verdad. Hay personas celiacas que después del diagnostico, han seguido la dieta y su peso ha aumentado. La verdad es que todo depende del estilo de vida que se tenga y de la propia contextura física.

¿La dieta libre de gluten es saludable?
Otra falsa creencia es decir que la dieta libre de gluten, por sí misma, es saludable. Yo diría que es saludable dependiendo como se lleve la dieta. Ante todo la dieta debe ser balanceada y siempre acudir donde un nutricionista para que dé las primeras pautas. No todos los productos libres de gluten que encontramos en el mercado son sanos, pues algunos tienen grasas trans, en especial los productos muy procesados y snacks muy sabrosos del extranjero. Mi debilidad son los chocolates, y a veces me doy mi gustito comprándome un chocolate importado que encuentro en el supermercado, que bien lo compro esporádicamente, no lo hago muy seguido, todo en exceso hace daño.



Aquí en Perú, tenemos la suerte que la gran mayoría de empresas emprendedoras que elaboran productos sin gluten elaboran productos son realmente “sanos”, y la mayoría de veces no sólo se busca que el producto sea libre de gluten sino orgánico también. Por si acaso, no todo producto libre de gluten tiene que ser orgánico, no confundirse.

Si una persona come comida balanceada, toma por lo menos, dos litros de agua al día y hace ejercicio de manera continua, estará llevando una vida sana; pero no es seguro que tenga una figura delgada, depende de la contextura de cada quien.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

¿Qué hace una celiaca, en un buffet criollo?



En el nido de mis hijos, hubo una fiesta de disfraces con motivo de Halloween y para el almuerzo habría un buffet criollo para celebrar el día de la canción criolla.

A mí me dieron la tarea de preparar el  “combinado” de arroz con leche con mazamorra morada. El día anterior junto con la niñera de mis hijos nos enfrascamos en la ardua labor de preparar todo eso, y me gustó el resultado final.

Al día siguiente, junto con mis hijitos disfrazados y mi esposo  llevamos el combinado al nido. La fiestecita de los niños estuvo muy entretenida, y cuando llego la hora de almorzar, pues me sorprendí ver en la mesa la famosa carapulcra, sopa seca servida, papá a la huancaína y tamalitos verdes y postres con trigo. Pensé que podría comerme los tamalitos verdes, pero no estaba segura si tenía gluten o no y desistí. Por supuesto, que se me hizo agua a la boca todos los platos, pero pensé en mi salud y en los cólicos que me darían si le doy una probadita y se me pasó. Mi esposo, le sirvió sopa seca a mi hijito, era la primera vez que lo probada y comía sus tallarines con esmero. Me senté a su costado para percatarme que comiera todo su plato y de pronto me acercó el tenedor con tallarines en la boca y me dijo:

-Come mamá –me dijo mi hijito
-Ayyyy noooo, aléjalo de mí, eso tiene gluten  –atiné a responder acertadamente.

Mi hijito me miró y me alejó el tenedor con tallarín rápidamente. Sin embargo, casi cedo a la tentación. Lo malo, es que lo dije tan alto, que algunas madres me miraron como diciendo “que le pasa a esta loca, que no quiere comer”. Bueno, ahí no saben que soy celiaca, solo la maestra de mi hijito que se preocupó que no comiera nada. Sin embargo, fui preparada y la mazamorra morada y el arroz con leche que hice eran aptos, así que ese fue mi almuerzo (me llene la boca del combinado) que por supuesto, no estaba mal.


domingo, 29 de octubre de 2017

Anécdota: ¿Y si el pollo ha comido trigo, te lo puedes comer?



Contaré esta anécdota porque me pareció muy interesante e informativa y porque creo que varios celiacos, intolerantes, alérgicos y sensibles al gluten pueden tener dudas al respecto.
Me encontraba en mi centro de trabajo, y llegó la hora del almuerzo. En el ambiente donde iba a almorzar se me unieron algunos compañeros de trabajo, que sabían mi condición, que soy celiaca y por lo tanto no puedo comer nada de trigo, avena, cebada, centeno y derivados. Todos habían llevado su tapper de comida y por supuesto yo llevaba el mío con comida apta, sin gluten para mí y nos dispusimos a almorzar.

 Uno de mis compañeros de trabajo, me preguntó que había traído de almuerzo, a lo que respondí que había traído estofado de pollo y surgió la pregunta:

-Carmen, ¿y tú no tienes problemas con el pollo? –me preguntó
-No, no tengo problemas ¿pero a qué te refieres? –le respondí
-¿Y si el pollo ha comido trigo, te lo puedes comer? –me preguntó nuevamente
-¡Claro que sí! –le respondí- hasta me puedo comer toda una vaca entera si esta ha comido trigo inclusive.

Mis compañeros de trabajo que habían escuchado mi respuesta, esbozaron una sonrisa y continuaron almorzando.

Efectivamente, los celiacos no tenemos problemas al digerir carne, ya sea de pollo, de pavo, de res, de cerdo, en fin cualquier tipo. Sin embargo, hay algunos celiacos y personas que no son celiacas que prefieren no comer carne por diferentes motivos, ya sea porque les resulta indigesta, por temas de alergias o por decisión propia.

jueves, 26 de octubre de 2017

Intolerancia a la sacarosa (azúcar) en el celiaco


Tengo una amiga muy querida, se llama Jessica. A Jessica, la conozco hace poco, sin embargo hemos logrado una empatía inmediata. Ella es celiaca como yo, y siempre estamos juntas en las buenas y en las malas. Cuando conocí a Jessica, es obvio que ambas teníamos algo en común: la celiaquía.
Un día cuando le sugerí comer un postre sin gluten, me preguntó si tenía azúcar porque el azúcar e inclusive la panela le caían muy mal. Me sorprendí con lo que me contó, pues me dijo que al digerir azúcar le provocaba un malestar general.

¿Acaso la celiaquía tiene una relación con la intolerancia a la sacarosa?

A mí me gusta el dulce, y nunca tuve problemas con el azúcar. Así que me puse a investigar a que se debía que una persona celiaca sea intolerante a la sacarosa también, a ver si había una explicación. Es común que la mayoría de celiacos seamos intolerantes a la lactosa, pero desconocía sobre la sacarosa.

Según lo que encontré en Wikipedia “La falta de la enzima sacarasa en las vellosidades del intestino delgado provoca que la sacarosa (azúcar común) pase sin digerir al intestino grueso, donde es fermentada por las bacterias, produciendo gases, malestar, diarreas, e incluso sangrado. El origen de la intolerancia  a la sacarosa es debido, en la mayor parte de los casos, a un déficit congénito de la enzima sacarasa.”

La intolerancia a la sacarosa a veces está relacionada con la intolerancia a la lactosa. A partir de ahí, es cuando me di cuenta de que varios celiacos intolerantes a la lactosa pueden ser también intolerantes a la sacarosa también, no todos por supuesto. Es por ello que varias personas intolerantes al gluten, a la lactosa y sacarosa buscan endulzantes alternativos, y entre los más utilizados se encuentran:

- La Stevia
- El Agave
- El Xilitol
- El Azúcar de coco

Aunque cada persona es diferente, y no a todos les cae bien todos los endulzantes alternativos. Otros celiacos optan por no consumir azúcar refinada aunque lo toleran, porque la consideran perjudicial para la salud.

De los 4 endulzantes que he mencionado, creo que el que más me tiene sorprendida es el azúcar de coco. Hace poco la descubrí en una tienda y tiene un sabor muy parecido al azúcar normal, solo que es más natural. Me arriesgue a preparar un bizcocho con el azúcar de coco y el resultado fue muy bueno.




Mi amiga Jessica que comió el bizcocho me dijo que le gustó y lo más importante es que se sintió muy bien, sin ningún malestar. ¡Que feliz me sentí!

lunes, 23 de octubre de 2017

Crónica de un censo y un temblor no anunciado


Era el sábado 21 de octubre de 2017, y César y yo decidimos salir a comprar algunas cosas para la casa, porque al día siguiente no podíamos salir por el Censo Nacional. Me sorprendió ver que las tiendas estaban abarrotadas de gente, comprando los productos como si al día siguiente fuera toque de queda. Menos mal, logramos comprar lo necesario y regresamos a casa.

Llegó el domingo 22 de octubre de 2017, Día del Censo Nacional y todos los peruanos deberíamos participar. Me detuve a observar por la ventana, a ver si aparecía un encuestador o una persona se atrevía a pasear por la calle. Simplemente estaba desierta, y sólo se escuchaba el trino de los pájaros.
A las 8:00 de la mañana, me animé a revisar mi Facebook y ver si el video que había publicado el día anterior, había tenido efecto. En el video hacía un llamado en general, a todos los que me veían en especial a los celiacos, de que cuando llegue el encuestador del censo, se cuestione la pregunta 9 de la encuesta:

SECCIÓN V: CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN

9. A continuación le haré algunas preguntas para saber si usted presenta alguna dificultad o limitación permanente que le impida desarrollarse normalmente en sus actividades diarias, ¿TIENE ALGUNA DIFICULTAD O LIMITACIÓN PERMANENTE PARA:

1. Ver, aun usando anteojos?
2. Oir, aún usando audífonos?
3. Hablar o comunicarse, aun usando la lengua de señas u otro?
4. Moverse o caminar para usar brazos
5. Entender o aprender (concentrarse y recordar)?
6. Relacionarse con los demás por sus pensamientos, sentimientos, emociones o conductas?
7. NINGUNA

¿Y los celiacos dónde estamos? –Exclamé. Simplemente no éramos considerados. Nosotros tenemos muchas limitantes para alimentarnos sin gluten, para adquirir medicinas libres de gluten, limitantes para asistir a reuniones, entonces sugerí decirle al empadronador que nos tomara en cuenta. Entiendo que los encargados de levantar las encuestas son los que las diseñaron, sin embargo, de esta forma aunque sea el empadronador  se enteraría lo que sería la celiaquía – Comenté, y como era una Censo Nacional, era la oportunidad de ORO, para que aunque sea cada encuestador conozca lo que es celiaquía (en un país con tanta desinformación), y ver si nos toman en cuenta para los próximos procesos. Algo se tenía que hacer.

Y grande fue mi sorpresa cuando en verdad, un gran número de personas se habían detenido a escuchar y ver mi video y la cantidad de comentarios que tenían, unos a favor otro en contra, pero lo más importante es que la habían escuchado.

Siendo las 10:30 de la mañana, llegaron los encuestadores. Era una chica menor de edad de nombre Milagros y era acompañada por su hermano que era jefe de la zona. Encuestó a cada uno de los integrantes de mi familia, hasta que llegó la oportunidad que estaba esperando mi encuesta. Respondí las preguntas, hasta que llegó a la pregunta 9 que tanto esperaba, y me explayé contando a los encuestadores lo que es la celiaquía. La cara de sorpresa de ambos, era para fotografía, pero finalmente sentí que me tomaron en cuenta cuando anotaron mis datos en la parte de Observaciones de la Cédula, indicando que era intolerante al gluten y celiaca.
Sentí que fue un gran intento, y los encuestadores salieron más informados.

A las 13:00 hrs. La familia almorzó y si bien solo se sentía del ruido de mis hijos corriendo y jugando por la casa, la calle seguía desierta.

Cuando finalmente, a las 17:00 terminó el censo salieron las primeras personas a la calle.
Ya se acercaba la noche, y es cuando a las 19:09 ocurrió un temblor muy sonoro y que para mí fue bastante fuerte. Tanto así que mi hijo mayor, que se encontraba durmiendo, se llevó un gran susto y se despertó. Según el reporte del Instituto Geofísico del Perú (IGP), el temblor tuvo una magnitud de 4.7. Bueno, por lo menos estaba segura que el censo sirvió para que toda la familia esté reunida en casa durante el sismo.


miércoles, 18 de octubre de 2017

Una experiencia en Friday’s


Por diferentes motivos, en cualquier momento tenemos que comer fuera de casa, ya sea en casa de un familiar, un amigo o en un restaurante. Las ocupaciones en casa, en el trabajo, cuidando a los hijos, por varios motivos, varias veces nos impide a nosotros los celiacos prepararnos algo en casa para comer.
Si se va un restaurante, es obligatorio para un celiaco preguntar por los ingredientes del plato y como lo hicieron; aquí no hay vergüenza que valga si preguntas por los detalles, lo importante es tu salud. Contaré dos de las experiencias que he tenido:

CASO 1:
En una ocasión, cuando fui a un restaurante llamado “Bravo Resto Bar” del distrito de la Molina (El cual ya cerró por cierto), donde en la carta figuraban varios platos sin gluten, quise saber que tanto estaba informado el restaurante sobre la preparación de un plato sin gluten. Usualmente, siempre soy pesada al preguntar por los ingredientes y hago como si le estuviera tomando un examen al mozo por los ingredientes y el modo de preparación. En este caso, al mozo que fue “la víctima” de mis preguntas, como se dio cuenta que estaba tratando con una especialista en la materia (soy celiaca), no le quedó otra que traerme la bolsa de los fideos con la marca apta para celiacos, para que me sienta segura que no tendría ningún problema en comer su plato sin gluten.

CASO 2:
Hace menos de un mes acudí junto con mi esposo a un restaurante, conocido como una franquicia americana de nombre “Friday´s” del distrito de Jesús María. Yo no tenía muchas esperanzas en comer un plato sin gluten al ver la carta. Sin embargo, cuando llegó el chico que atendía, le pregunté si había algo sin gluten. Y para mi sorpresa, me dijo que si sabía lo que era la celiaquía, porque había tenido un compañero de trabajo que vivía en España y también tenía ese problema. Me dejó muda. Luego, el mismo me dijo que el más indicado para atenderme era el encargado de cocina del local. Felizmente estaba cerca y luego de presentarse nos dijo:

- El objetivo principal de nuestro local que nuestros clientes se sientan a gusto comiendo en el Friday y la pasen bien; independientemente de la dieta que tengan ya sea por alergia o intolerancia.

Estaba más que sorprendida, y el encargado me dijo que sabía cómo prepararme un plato sin gluten, que le dijera lo que me gustaría comer que él mismo lo prepararía y por ende acepté quedarme; se me caían las lagrimitas.
El propio encargado de cocina, me sirvió mi plato. Me dijo que había tenido mucho cuidado al prepararlo, hasta en el uso de los utensilios. Me dijo que si alguna vez regreso, siempre comente mi condición y las alergias alimentarias que tengo, para que me preparen un plato especial. Quedé más que agradecida.

En el Perú, abundan muchos restaurantes que sirven comida con gluten así que es inevitable el riesgo por contaminación cruzada. Sin embargo, hay sitios donde son conscientes de la dieta sin gluten que tiene un celiaco y llevan especial cuidado en la preparación de los platos.

domingo, 15 de octubre de 2017

Consumir o no consumir Avena



Hace unos meses atrás, me dí con la sorpresa que encontré en La Casa del Celiaco una marca de Avena SIN GLUTEN. Así como lo escribí SIN GLUTEN, ¿acaso la avena no tiene gluten? Aquí le va la respuesta.
La avena pura no contiene gluten, sin embargo a avena que se encuentra en supermercados, tiendas de abarrotes, se contamina con gluten en el proceso del cultivo y durante su procesamiento pues se trabaja en ambientes donde también se trabajan productos con gluten.

En países como Estados Unidos, algunas empresas que se dedican a la fabricación de cereales libres de gluten,  tienen sumo cuidado en el cultivo de la avena impidiendo que se contamine con gluten, es por ello que se puede encontrar en algunas tiendas peruanas a la famosa marca Bob Red Mill ofreciendo la avena libre de gluten.

Según lo comunicado por la propia marca Bobs Red Mill, cada vez que hay entrega de avena de sus cultivos, ellos se encargan de sacra varias muestras con el examen ELISA R5 para garantizar la ausencia de gluten. Además, la propia avena libre de gluten de la marca Bobs Red Mill, es empacada en la propia instalación de la empresa 100% libre de gluten, evitando cualquier riesgo de contaminación cruzada. Ver enlace

Las propiedades de la avena son buenas, entre ellas ayuda a reducir el colesterol malo y a disminuir el riesgo de padecer algún problema cardíaco.

Si bien el uso de la avena es muy controversial entre los celiacos, aconsejo que si alguien se anima a consumir la avena libre de gluten, consulte con su médico antes. Hay celiacos que les cae muy bien y a otros celiacos que les cae muy mal, porque han desarrollado una intolerancia a la avena muy fuerte, aunque ésta sea libre de gluten.

A modo personal, la verdad no pienso consumirla, no quiero tomarme el riesgo de sentir otra vez la sensación de llenura y cólico que me ocasionaba, aunque sea libre de gluten.
Aun así queda a decisión de cada celiaco consumirla.

jueves, 12 de octubre de 2017

Perrito con intolerancia al gluten



Usualmente, desde que decidí crear el blog me centré en describir a la celiaquía tanto en personas sintomáticas como asintomáticas y como llevar una dieta libre de gluten.
Pues bien, esta semana recibí la noticia que había un perro con intolerancia al gluten y surgieron muchas preguntas en mi mente.
Según lo comunicado en la web de Muy mascotas, la intolerancia al gluten puede presentarse en cualquier raza de perro, entre las razas que más intolerancia al gluten presentan son el setter irlandés y el samoyedo por razones genéticas.

Así que busqué a un médico veterinario para que me sacara de dudas. Según lo que me dijo, no es muy común que se presente el caso de algún perro con intolerancia al gluten, pero se puede dar.
Respecto a su alimentación, en la dieta del perro es obligatorio restringirles los chocolates, huesos, cebolla, uvas, ajos, frituras.

Cómo detectar si mi perrito es intolerante al gluten

Sólo hay que observarlo, como se comporta y los síntomas. Al igual que el celiaco sintomático cuando el perro consume gluten, puede tener cualquiera de estos síntomas:
-Se siente cansado por ende, no quiere jugar
-Mucha picazón
-Problemas respiratorios
-Problemas digestivos
-Convulsiones

Si se detecta estos síntomas, hay que llevarlo al veterinario inmediatamente, para que le hagan una prueba o le dé una dieta especial al perrito. Cuanto más detalles se le de al veterinario sobre los síntomas del perrito mejor, así podrá llegar a un diagnóstico más certero. Además puede hacerle exámenes de tacto y solicitar examen de sangre, heces, orina y hasta puede mandarle una radiografía. Puede ser que le recete medicinas para aliviar los síntomas.

En caso de que tu perrito sea intolerante al gluten, debes modificar toda su dieta (la mayoría de alimentos para perro tienen harina) y prepararle su comida sin gluten (sin trigo, avena, cebada y centeno).

martes, 10 de octubre de 2017

A nada, mejor un repechaje



Hace tantos años que Perú no clasifica a un mundial, ufff años. Recuerdo que el último mundial que ví a Perú en el mundial era en España 1982, y era muy niña. El recuerdo más vago que tengo es haber llorado ese día que Polonia, le metió al Perú 5 goles y a Dios gracias, Perú metió el golsito “del honor”.  Desde esa fecha, todo el Perú sueña con clasificar al mundial del futbol, pero no se ha conseguido. A decir verdad, ya se me habían ido las ganas de ver un partido de futbol.
Pero este año 2017, algo sucedió, algo que se pensaba que era imposible estaba a punto de lograrse, que Perú clasificara al Rusia 2018. Reconozco que me contagié de toda la algarabía que había: mi gente estaba más contenta que antes y hablar de la clasificación del Perú se volvió una moda por estos lares. La gente hacía su “agosto” vendiendo camisetas, vinchas, gorros, pelucas, bubuzuelas y orejas de cartón con los colores patrios de Perú y cada vez que uno pasaba por la calle se veía que el que menos usaba la camiseta peruana.

Hace tiempo no cantaba “Contigo Perú”, y la verdad lo cantaba con el corazón en la mano, y me dí cuenta lo hermosa que era la letra. Hasta a mis hijos les cantaba Contigo Perú, y les gustaba cuando su mamá cantaba a pesar de tener la voz desastrosa. Mi esposo no estaba durmiendo bien últimamente, siempre pensaba en futbol. Mis compañeros de trabajo estaban igual, y como me dijo uno de ellos: todos estamos pensando en el futbol, es decir a Modo Futbol.  
Y llegó el día del partido decisivo en donde si Perú conseguía una victoria, pues clasificaba directo al mundial. Ahora le tocaba jugar con Colombia y había posibilidades de una victoria. No estaba segura si Perú la iba a hacer, sin embargo me dejé contagiar por el entusiasmo de mis compatriotas. Hasta me animé a comprar unos snacks libres de Gluten para disfrutar el partido  y recomendar en el fanpage. En las calles la algarabía era total, las personas vistiendo la roja y blanca, gente cantando “Contigo Perú” y  pantallas instaladas en las calles principales de Lima para que la gente disfrute el partido. Fue difícil encontrar movilidad saliendo de mi trabajo, pero lo conseguí y al llegar a mi casa, mi familia me esperaba ansiosa por ver el partido.


Los snacks que compré se acabaron antes de empezar el partido, así que me defendí tomando mi suplemento con mis hojuelas libres de gluten. De los nervios, mi estómago me empezaba a fallar, ese es el problema de tener colon irritable, cuando uno se pone muy emotiva se le ocurre funcionar sin horario fijo.  En este caso, mejor comer algo ligero para no hacer trabajar mucho al estómago. El partido lo vería en mi casa junto a la familia. A punto de empezar el partido, cante el himno con tantas ganas como si fuera el último partido que vería, la energía era desbordante. La canté junto con mi hijo mayor que ya se sabía la letra del himno, mientras agarraba con fuerza la manito de mi menor hijo.  Mi esposo, se metió a la cama a ver el partido, de los nervios, ni podía mantenerse de pie.


Empezó el partido y lo ví parejo en el juego, hasta que vino el gol de Colombia y se me bajaron los ánimos.

-Uyyy no, ya fuimos  -eso pensé

La verdad pensé que ya habíamos perdido, y que nuestras ilusiones eran sólo esos ilusiones. Hasta que mi hijo mayor me pidió que le ponga una vincha que decía “ARRIBA PERÚ” y con ese detalle de mi hijo, me dio a entender que a pesar de los momentos difíciles, ya sea por el futbol o no, siempre hay que mantenerse en alto y seguir creyendo en la patria.
Y llegó el gol peruano del empate, las esperanzas se recuperaban, y todavía podíamos alcanzar una victoria. Sin embargo, no ocurrió pero por nuestros resultados obtenidos, pasamos a zona de repechaje para volver a intentar otra vez,  obtener un cupo en el mundial. La gente estaba contenta, las esperanzas habían regresado… es ahí que me vuelvo a plantear si sobreviviría nuevamente a toda esa algarabía, y entusiasmo de la gente. Creo que sí, bienvenido el repechaje y a viajar a Nueva Zelanda.

Por último, solo me queda felicitar a las selecciones que clasificaron de forma directa como Brasil, Uruguay, Argentina y Colombia. Y a las demás, pronto vendrá su revancha. Les manda un gran saludo, Mamá Celiaca Cero Gluten.


domingo, 8 de octubre de 2017

Anécdota: La boda de mi mejor amigo


¡El mejor amigo de Mamá Celiaca Cero Gluten se casa!
Saltaba de la alegría, con la efusividad que me caracteriza, a mí me encantan las bodas, son una muestra más que el amor existe.

Mario, mi mejor amigo, seguidor de mi blog, y el protagonista de esta historia, me dijo que yo sería su testigo de su boda religiosa y sería conveniente que llegara temprano a la iglesia. Además me dijo, que tanto su novia Rosita como él, habían informado a la empresa que se encargaría del catering, que hicieran un plato sin gluten especialmente para mí. Me apresuré a contarle a César la buena noticia y a prepararme para ese día.

Llegó en gran día, César y yo nos apresuramos para salir. Me quedé pensando si en verdad, habrá un plato sin gluten para mí.
La boda fue muy emotiva, César y yo nos emocionamos bastante. Después de la ceremonia, camino a la recepción César me compró un paquete de galletas Mumm para que comiera (si bien son para bebé, son libres de gluten) y así no pasar hambre en la recepción. Llegamos al local, y nos ubicamos en una mesa.




Siempre tengo la manía de ver la mesa de los bocaditos, creo que es normal que la gente quiera ver la decoración y que “picar” por supuesto. En mi caso, quería ver si podía encontrar un posible bocadito apto, pero me equivoqué no había nada.



Los mozos empezaron a repartir los bocaditos… todos tenían gluten, por lo que pude ver. No me importó mucho, había comido mis galletitas Mumm y me sentía satisfecha, sólo estaba intrigada que me iban a servir para cenar.

Y llegó la hora de la cena, la organizadora del evento me contactó y me dijo que tenían un plato especial para mí. Las personas de la mesa, sabían que yo era celiaca, así que estaban a la expectativa también, hasta que llegó la entrada.

La entrada la describiría como un omelette relleno de verduras, decorado con salsa.

-No, este plato tiene gluten –le dije inmediatamente al mozo
-Este es el plato especial que se le preparó a usted –me dijo el mozo
-Pero tiene harina (por el omelette y la salsa) –le respondí- quiero hablar con el cocinero, para tener la certeza.
Inmediatamente me paré de la mesa y seguí al mozo.
Llegando a la cocina, ante mi sorpresa, mi amigo Mario me dio el alcance con el rostro visiblemente preocupado.

-Carmen, ¿pasó algo? –me preguntó- Rosita vió que te levantaste de la mesa y fuiste detrás del mozo.
-No te preocupes, es tu boda, disfruta. Estoy conversando un tema con el mozo –le dije
-Pero ¿qué paso? –me insistió
-El plato que me sirvieron tiene gluten –le respondí.

Mi amigo puso una cara muy contrariada y se dirigió inmediatamente a hablar con la organizadora de eventos, a hablar con el mozo y se metió en la cocina.
¡Que mal me sentí!  pero no porque yo no iba a comer nada, sino porque era la recepción de la boda de mi mejor amigo, su mejor momento junto a su esposa, y yo… y yo pues queriendo hablar con el cocinero para explicarle como debería ser un plato libre de gluten y estaba interrumpiendo.
Salió mi amigo y me dijo: “El Cocinero pensó que era un plato para un vegetariano”.
Vaya sorpresa, ¿pensó que una persona celiaca es igual a una persona vegetariana?
Nooooo, pues no lo es, justamente eso quería explicarle al cocinero pero estaba muy ocupado para atenderme.

El celiaco no debe comer nada de trigo, avena, cebada y centeno; porque si lo hace, se enferma. El celiaco puede comer carne. Ser celiaco no es una opción.

El ser vegetariano es una opción, un estilo de vida. Su dieta se basa principalmente en no comer nada de carne. Los vegetarianos pueden comer trigo, avena, cebada y centeno (a no ser que sea celiaco) sin que su salud se vea afectada. 

-No te preocupes –le dije a mi amigo- de todas maneras gracias, disfruta tu boda.

Regresé a mi mesa, y me esperaban los invitados y mi esposo César a ver qué había pasado. Hice un resumen de lo que me pasó y me resigné a no cenar nada, no importa, valió la buena intención de Mario y su esposa Rosita.
Al cabo de unos 15 minutos, apareció el mozo acompañado de mi amigo y ante mi sorpresa, colocó el plato principal de la cena frente a mí.

Plato principal: pescado a la plancha, con verduras sancochadas.

-Es conforme, Carmencita –me preguntó mi amigo.
-Conforme –le respondí, visiblemente emocionada.
A ninguno de los invitados habían servido el plato principal, yo fui la primera. Los invitados de la mesa quedaron sorprendidos en especial mi esposo. Y tuve el gusto de comer todo el plato, que lo disfrute y me cayó muy bien. Cada vez que me acuerdo de ese momento, pues no puedo evitar emocionarme, pensando en que tanto mi amigo como su esposa Rosita hicieron por mí. Solamente me queda decir GRACIAS.

lunes, 2 de octubre de 2017

Receta: Pizza Sin Gluten



En una de las visitas a La casa de Violeta, me dí cuenta que estaban vendiendo la Base para la Pizza marca Schar, y tuve la visión de ver salir del horno una rica pizza calientita SIN GLUTEN especialmente para mí, jajaja. La verdad es que desde hace un tiempo, César me decía que podíamos preparar una pizza sin gluten juntos y que sólo me consiguiera la base sin gluten para hacer la preparación… y cuando vi LA BASE sabía que el momento había llegado.
Pasaron varias semanas, hasta llegó un domingo mi esposo César, me dijo la frase mágica:

-Prepararé la pizza hoy ¿qué te parece? –me dijo
-Hazlo –le dije sin dudar
Le tomó su tiempo a César preparar la pizza, pero valió la pena, salió muy buena y no me dolió para nada el estómago. Cómo salió muy buena, les dejo la receta, en donde todos los ingredientes son libres de gluten.

Ingredientes:
-Base para pizza, marca Schar
-Aceite Girasol
-Salsa Pizza, marca Hero
-Queso Mozzarella en lonjas
-Jamón de pechuga de pavo ahumado, marca Braedt
-Aceituna verdes
-Aceituna negras
-Tomate en rodajas
-Orégano, marca Badía
-Sal de Maras

Procedimiento:
1. Untar 1 a 2 cucharadas de aceite en la base de la pizza.
2. Agregar salsa de tomate a discreción y esparcir en la base de la pizza.
3. Cortar el queso mozzarella en cuadritos y colocarlo encima de la salsa de tomate.
4. El jamón cortado en cuadritos colocar encima del queso mozzarella.
5. Colocar encima las rodajas de tomate.
6. Cortar en rodajas las aceitunas y colocar encima de la preparación anterior.
7. Echar nuevamente un poco más de queso mozzarella.
8. Mezclar orégano y sal y echar encima de la preparación.
9. Horno precalentado (5 minutos) a 210  grados. Hornear por 20 minutos, calor abajo.
10. ¡A DISFRUTAR!





NOTA IMPORTANTE: Si no se encuentra la salsa Pizza Hero, se puede preparar la Salsa de Pizza casera con medio kilo de tomate, un cuarto de una cebolla, 1 ajo, orégano, pimienta, sal y un poco de azúcar. Freír la cebolla con el ajo triturado. Cuando estén transparentes echar los tomates pelados y en gajos, ir machucándolos hasta deshacer y cocinar 15 minutos. Finalmente, agregar el resto de ingredientes y mezclar. Esperar a que se enfríe la salsa, para echar a la pizza. . Otras recetas de salsa pizzera le echan albahaca, y más cantidad de cebolla; pero como ambas me caen mal, decidí quitar la albahaca y disminuir la cantidad de cebolla y me cayó bien.