viernes, 26 de enero de 2018

Una visita esperada desde tierras Argentinas



Desde que tengo el fanpage, recibo mensajes no solo del Perú sino de varios países y entre ellos Argentina. Tuve el gusto que me escribiera desde Argentina, una chica celiaca, cuyo nombre es Cristina. Tuvimos química y me comentó que viajaría al Perú dentro de unos meses a hacer un tour. Quería ver como estábamos nosotros sobre el tema de celiaquía, si teníamos asociación, certificación y sobre todo si era fácil conseguir productos sin gluten con el logo por supuesto.

Le comuniqué que en el Perú se estaba haciendo grandes avances sobre el tema de la celiaquía, pues estaban apareciendo varios productos en el mercado, y la gente estaba más informada, pero que, en comparación con Argentina, pues estábamos muy distantes aún. En Argentina, la mayoría está informado sobre la celiaquía y existe una Ley Celiaca que los protege. 

Llegó el día en que Cristina y su amiga Ayelen pisaron tierras peruanas, y entre sus planes estaba conocer Cuzco y Lima por supuesto. Inmediatamente entramos en comunicación y quedamos en encontrarnos. Me comentó que ella, como toda celiaca, se había venido preparada pues traía una maleta llena de productos aptos para no pasar apuros.

Quedamos en encontrarnos un jueves, y definitivamente no se podía ir de Lima sin conocer “La Casa del Celiaco”, era una visita obligatoria.
Finalmente, nos encontramos y nuestro destino directo fue a La Casa del Celiaco. Me comentó que en Argentina podía encontrar varios productos y comidas aptas sin gluten en cualquier momento del día. Me sentí halagada cuando me trajo varios obsequios, entre ellos galletas sin lactosa de chocolate, alfajores sin gluten, levadura sin gluten y unos caramelos. Que tal detalle tuvieron las chicas conmigo, me sentí emocionada y agradecida.
Almorzamos empanadas, sándwiches, y algo fresco para beber, todo apto. Compartimos experiencias y despejó varias dudas sobre La Ley del Celiaco en Argentina, en donde me comentó que si bien daba algunos beneficios para los celiacos, habían cosas por mejorar. La Ley Celiaca menciona que las obras sociales deben dar un reintegro por concepto de alimentos aptos para celiacos; caso contrario a los que no acceden al reintegro, se les entregan víveres, lo cual es muy beneficioso para ellos.

Me contó también que no llegaba a Argentina la avena sin gluten, y se llevó una de La Casa del celiaco y me dijo que con ella haría unos ricos dulces que añoraba
Por último quería comentar una anécdota que normalmente nadie cuenta: Cuando llegó el momento de pagar la cuenta y estaba decidida a pagarla toda, en ese mismo instante, Cristina me detuvo con estas palabras y que hasta ahora no se me quitan de mi mente:

“¿Qué te pasa Carmen? No seas boluda, a nosotras nos cuesta mucho esta alimentación, es re caro, cada una pagará su parte ¿está bien?” – me dijo Cristina
 “Ohhh, disculpa que te haya dicho boluda” – agregó Cristina

La verdad me dio mucha risa, lo que me dijo, hasta ahora me acuerdo y me río, pero me sentí muy a gusto por el gesto de compartir el pago de la cuenta.

Gracias Cristina y Ayelen por la visita y por el buen rato que compartimos. Algún día visitaré Argentina, y espero disfrutar con ustedes, por lo menos, de una de las grandes ferias de productos sin gluten.

martes, 16 de enero de 2018

La última tentación del celiaco



-¿Y no te provoca comer algo con gluten?¿una empanada, un triple, una torta, una galletita? –me preguntó una vez un amigo.

Pero, por supuesto, lo peor de todo es que nosotros los celiacos siempre estamos expuestos al gluten, todos los días, desde que nos levantamos vemos algo como un pedazo de pan, un dulce que puede ser en nuestra casa (si convivimos con alguien que no es celiaco), en la televisión, en la calle, en reuniones, y si eres padre de familia en las fiestas infantiles de los hijos. Me ha pasado muchas veces. El desafío por parte de nosotros, es resistirse a ello.

Hace poco, tuve un sueño aterrador, que muy probablemente dará risa:

“Soñé que estaba en un restaurante me servían una hamburguesa y una jarra de cerveza. Cuando vi estas dos cosas en mi mesa, recuerdo que grité: ¡Pero yo no puedo comer esto, yo no puedo tomar esto!”

Y me desperté agitada y con tremendo susto, que ni un cuy, ni el huevo recién puesto de la gallina me lo quitaba. Creo que varios celiacos, habrán tenido este tipo de pesadillas.
Hace poco, me escribió una amiga Argentina, que es celiaca como yo, y me contó que se sentía indispuesta. Me quedé preocupada porque es una persona que cuida mucho su salud y no dudó en comentarme que había comido algo con gluten… que sabía que tenía gluten, pero cedió a la tentación. Exactamente me escribió:

“Yo he sido demasiado fuerte. Pero la tentación siempre está ahí poniéndonos una prueba”

Con tristeza, me dijo que había comido su golosina favorita, y no pudo aguantarse. Se calificó como una tonta por no cuidar su salud, pero a la vez no se arrepentía de haber comido esta golosina porque era algo que extrañaba desde hace tiempo. Ante esto que me contó mi amiga, no pude evitar ponerme triste, y llorar con ella. ¿A quién no le ha provocado algo con gluten y se lo ha comido? Reconozco que una vez, cerré mis ojos, no quise ver la realidad de las cosas, engañé a mi mente y en mi cabeza “loca”, pensé que un alfajor de harina de arroz hecho en un ambiente con gluten era apto: lo comí y me puse tan mal… tan mal, que tarde una semana en recuperarme. Aprendí mi lección, me prometí a mí misma, cuidarme mejor. Cuando sucedió esto, estaba soltera y sin compromiso, así que me di el lujo de descansar para recuperarme. Ahora las cosas han cambiado, tengo tres hijos varones (mi esposo incluido) y la mamá no descansa.

-          La mamá nunca descansa –me dijo mi mamá una vez- una vez que eres madre, no duermes nunca, ni aunque el hijo se haya casado, siempre una piensa en ellos.

Así que ahora, tengo muchísimo más cuidado en lo que como, prefiero quedarme varias horas sin comer, a probar algo que sospeche que tiene gluten, enfermarme y no atender a mis hijos. No puedo juzgar a mi amiga. ¿Con qué cara, si yo hice lo mismo? Estuvo mal, pero la comprendo. Solo le diré que no lo vuelva a hacer, el cuerpo del ser humano es tan desconocido a veces que las reacciones a la intoxicación con gluten, no siempre son las mismas. Todo sea por tener buena salud.

Este post, está dedicado a mi amiga Julieta.
 

jueves, 11 de enero de 2018

Un día en el cine con palomitas de maíz libres de gluten



Me gusta ir al cine, siempre ha gustado. Cuando estaba soltera iba más seguido con mi grupo de amigos. Ahora que estoy casada y con hijos y hay una película de estreno, espero a que la pasen por cable para verla… claro si hay tiempo, cuando los niños se duermen, aunque varias veces me duermo con ellos, jajaja.

Bueno, esta vez César y yo decidimos pasar un tiempito juntos y ver una película en el cine. Llegué al cine, y César me preguntó.

-¿Quieres comer o tomar algo? –me preguntó César
-Me gustaría comer palomitas de maíz –le respondí
Y me saltó una pregunta a la mente.
- Las palomitas de maíz del cine ¿tendrán gluten? –le pregunté a César
-Uhmmm, no lo sé, podrías preguntar, aunque no creo –me respondió César
Me acerqué al chico que atendía en el mostrador de las bebidas y las palomitas y le hice la pregunta.
- Buenas tardes, ¿las palomitas de maíz sólo tienen sal y aceite? –le pregunté
-Sí, y además un polvito naranja –respondió el chico
-¿Qué polvito naranja?¿Qué tiene ese polvito? –le pregunté al chico

El chico me mostró la máquina en donde preparan las palomitas y me señaló la parte inferior de la máquina en donde  depositan el contenido de un sobre, y ese contenido es el famoso “polvito naranja”.

-Aquí se echa –me dijo el chico- y luego con aceite y sal se preparan las palomitas. La verdad, no sé lo que tiene.
Después de la versión del chico, decidí no comprar las palomitas de maíz. Añoré las palomitas de maíz que hace años compraba en la carretilla en la puerta del cine, en donde la señora con su olla, maíz y sal las preparaba. En ese entonces, nadie me impedía entrar con una bolsa de palomitas compradas en la calle al cine. Ahora todos los cines tienen como regla principa, que nadie debe ingresar con alimentos comprados en la calle sólo deben cmprar exclusivamente en las instalaciones del cine. Esa medida no la apruebo, cada uno es libre de llevar algo de comer al cine.
Pasaron un par de meses, y nuevamente César y yo decidimos irnos al cine a ver una película. Así que nos fuimos al Cinepolis de Santa Anita.

Ya íbamos a entrar a la sala y César me preguntó lo mismo de la vez anterior:
-¿Quieres comer o tomar algo? –me preguntó César
-Me gustaría comer y tomar algo, pero no hay nada apto. Tal vez tomar una botella con agua –le respondí.
-Y ¿si preguntas? Además estamos en otro cine –me respondió César
Y al igual que la vez pasada, me acerqué a preguntarle al chico del mostrador como se preparaban las palomitas de maíz. Estaba a punto de preguntarle cuando me vi cuenta que parte de palomitas de maíz con sal, también vendían con dulce, que son mis favoritas.
-Buenos días, disculpe ¿cómo hace las palomitas de maíz dulce? –le pregunté al chico
-Utilizamos el maíz y le echamos un preparado que tenemos en una caja que le dá el color y el sabor –me respondió

Le pedí al chico “ver la caja del preparado” y César inmediatamente investigó por internet y descubrimos que era LIBRE DE GLUTEN. La marca era Glaze Pop Caramel, y sus ingredientes son los siguientes (información por internet).




Ingredientes:

•Azúcar morena
•Melaza
• Sabores artificiales
•Lecitina de soya
•Sal
•Colorantes
•Sin gluten
• Alérgenos: contiene soja


Me pedí mi vaso chico, estaba muy feliz. Disfruté la película comiendo las palomitas de maíz dulces y sin gluten y mi infusión.


CONSEJO: si desean comer palomitas de maíz en el cine, pregunten como está hecha, que ingredientes le echan investigan si tiene gluten a ver si se puede consumir; caso contrario mejor no las consumas. 

lunes, 8 de enero de 2018

El papel de la familia y amigos en la vida de un celiaco



Desde que cree el blog y el fanpage he recibido varios correos electrónicos, no solamente de celiacos, sino también de familiares de celiacos que me preguntan por:

La dieta sin gluten,
Médico a quien acudir,
Recetas de comida sin gluten y
Lugares de referencia para comprar y comer productos aptos
Entre otras cosas.

Debo reconocer que no sólo el celiaco es quien, día a día, lleva la dieta libre de gluten. Si no también, quienes cumplen un papel muy importante en la vida de un celiaco para llevar su dieta libre de gluten es la familia y los amigos.

Con la familia

Para la familia, es un choque fuerte, enterarse que tienen un familiar celiaco y que debe seguir la dieta sin gluten (sin trigo, sin avena, sin cebada y sin centeno), en especial si el celiaco es menor de edad. Contaré el caso de una abuelita, quien me escribió preocupada porque a su nieto le habían descubierto celiaquía, y la familia estaba muy angustiada. La noticia en sí, impacta a cualquiera, en especial cuando la celiaquía no es conocida, toma un tiempo comprenderla, pero nada está perdido. Si el celiaco ha sido detectado a temprana edad, la recuperación es rápida y se puede adaptar a la dieta sin gluten, tomando las precauciones debidas.
He conocido casos, en donde la familia entera se ha visto comprometida y todos han asumido la dieta libre de gluten, esto más ha ocurrido cuando el celiaco es menor de edad. Y no sólo eso, soy testigo que he visto a varias madres y padres de familia que por amor a sus hijos celiacos o viceversa hijos con padres celiacos han cambiado no sólo de estilo de vida, sino que han dejado el trabajo para emprender un negocio familiar que provea productos sin gluten. De verdad, mis respetos y mis más grandes felicitaciones por el esfuerzo que hacen, ayudan a todos los celiacos también.
En otros casos, si bien no toda la familia ha asumido la dieta, hacen lo posible por comprender al familiar en su dieta e investigar día a día.
Hay otros casos, que lamentablemente no comprenden la dieta del familiar. A veces toma tiempo entenderla, pero si uno se compromete, en verdad lo logra.

Con los amigos

Aquí uno se da cuenta quienes son los verdaderos amigos. El buen amigo de un celiaco es normalmente quien comprende su enfermedad, su condición (cómo deseen llamarle) y respeta su dieta. Es alguien que siempre busca en invitarle algo apto y se preocupa por su bienestar. Es alguien quien intenta hacerte sentir cómoda ante cualquier circunstancia, total los celiacos somos normales solo que tenemos experiencias más intensas: sentimos intensamente los malestares al digerir gluten que nos predispone y nos frustra varias veces, somos intensos en la búsqueda por conseguir algo sin gluten, luchamos intensamente por encontrar comprensión entre familiares y amigos, y sobre todo los gastos intensos y extensos que debemos hacer para consultas médicas y alimentos. Si tu amigo, no hace eso, no ha hecho méritos para serlo realmente. Yo he perdido amistades por ello, sin embargo, he conocido nuevas verdaderas amistades y se han reforzados amistades que no eran muy cercanas, pero se convirtieron en personas especiales para mí, porque están de una manera u otra preocupándose por mi bienestar.



Agradezco de corazón a mi madre, ya que es quien me ha ayudado en todo este camino de seguir la dieta. Aquella persona que siempre ha estado a mi lado, y que ha llorado conmigo cuando me sentía vencida en mi lucha por recuperar mi salud y acostumbrarme a la dieta, y quien me ha aplaudido cuando me he levantado. A mi padre, ya que han pasado tantos años desde que me diagnosticaron, que de verdad me alegro que finalmente pueda entender mi dieta, hasta me prepara algo apto… aunque a veces se equivoque, pero vale la pena el esfuerzo, cada día es un aprendizaje. También a mi hermana y mi cuñado ya que me alegra que entre a los supermercados y busque que productos son aptos para mí y poderme invitar a las reuniones que voy. A mi esposo que siempre cuida lo que como, y cuida no comer algo con gluten si quiere darme un beso.  A mi César Junior que siendo pequeño, sabe lo que mamá debe comer y lo que no debe comer. Al menor de mis hijitos, que si bien no entiende que mamá es celiaca, con sólo verlo a él y a su hermano mayor, me dí cuenta que seguir la dieta sin gluten para lograr mis dos embarazos valieron la pena.