viernes, 16 de noviembre de 2018

A comer fruta para combatir la ansiedad


Como varios de ustedes sabrán, he iniciado un nuevo negocio, la venta de helados fritos sin gluten. Mi esposo y yo tuvimos la idea de arrancar con el negocio, y nos pareció genial.
A partir de que empezó el negocio, reconozco que descuidé mi alimentación, es decir, me saltaba las comidas, porque estaba realmente muy ocupada.

Recuerdo que uno de esos eventos a los que asistí con mis helados fue a una feria gastronómica, justamente se llevaba a cabo durante 1 semana y coincidía con las fiestas patrias peruanas. Estaba muy entusiasmada.

Sin embargo, algo que no tomé en cuenta es que era una feria gastronómica, en donde iba a haber muchas cosas deliciosas y por supuesto el gluten estaría presente a excepción de mi puesto de helados.

No pensé que sufriría, pero sí la sufrí. Llegó un momento, en que estaba tan ocupada en mi puesto de helados, era la hora de almuerzo y me dolía el estómago del hambre y me llegaba a mis fosas nasales el olor de la comida!!! Reconozco que me puse a llorar, y los trabajadores que me apoyaban no entendían que pasaba.

-Señora, que le pasa, tranquilícese, estamos vendiendo –me decían.
-¿Es que no entienden que me quiero comer la feria entera? Sólo tengo mi tapper de comida sin gluten en un lado, no tengo donde calentarla y me la tengo que comer helada –les respondí un tanto histérica.
-¿Qué puede tomar usted?, cálmese señora –me dijeron.
Uno de ellos corrió a comprarme una chicha morada, que la verdad, había averiguado que era apta, pues lo hacían de la misma coronta de maíz morado y a vista de todos. Ya con eso me tranquilicé, y procedí a almorzar mi comida helada, aunque sea mi comida era apta.
Pasado ese episodio, estuve en otra feria, que no era gastronómica, así que estuve más tranquila.
Me encontré con Mili, una gran persona, celiaca como yo y seguidora de Mamá Celiaca también. Entre la conversación que tuvimos, le comenté lo que me había pasado en la feria gastronómica, un poco las preocupaciones que tenía con mis hijos y el nuevo proyecto de los helados y me aconsejó.
-¿Por qué no llevaste fruta ese día del evento? –me dijo- te hubiera servido para calmar la ansiedad.
-Es que la verdad, estaba muy ocupada que con la justas lleve el almuerzo –le dije.
-Mira, siempre lleva fruta, ayuda, eso mismo hago yo, no te estreses –me respondió Mili.
-Uhmmm seguiré tu consejo –le respondí.
-Tú estás joven, no tienes porque tener ataques de ansiedad, relájate ¿o quieres tener fibromialgia? –me dijo.
A partir de ahí, pensé más en mí y me preocupé en comer fruta mas seguido.

Tomando en cuenta lo que Mili me dijo, en la primera reunión de padres de familia que hubo en el colegio de mis hijos, llevé fruta para comerla en el coffee break. Así que mientras veía el coffee break y a todos los padres de familia disfrutaban del café, jugos, infusiones, empanadas, triples y los demás bocaditos con gluten; me  ubiqué a una distancia moderada a comer mi fruta y la verdad la pasé muy bien, comiendo mi fruta despacio y disfrutando cada mordida que le daba, estaba muy rica y la verdad me sentí bien conmigo misma.

Con mucho cariño dedico este post a Mili, gracias por tus consejos.


miércoles, 5 de septiembre de 2018

Utilizando guantes sin gluten



Era fines de Julio de 2018, y estaba en la Feria de Invita Perú, vendiendo mis helados artesanales fritos sin gluten, sin lactosa y con opción para diabéticos "Mamacé Rolls".

Mi esposo César y yo habíamos tenido mucho cuidado en la implementación de nuestro stand, y el personal que trabajaba con nosotros entendía perfectamente lo que era la celiaquía y los cuidados que eso conllevaba en la preparación de los alimentos.

Entre las normas de la feria, mencionaba que la persona que preparaba los alimentos aparte del carne de sanidad, debería estar vestida correctamente y sobretodo usar guantes para la manipulación de alimentos.

Para mí, llegó la parte crítica del asunto. Hace poco me enteré que la mayoría de los guantes que tanto los médicos y personal de cocina utiliza tienen polvo en su interior, para que sea mas fácil ponerse y sacarse el guante. Y ese polvo en su interior... ¿adivinen que puede ser? harina de trigo o talco o algo que contenga gluten.

 Así que hasta en eso, un celiaco debe tener mas cuidado.

Cuando me enteré de eso, comprendí la razón de las veces que usé el dichoso guante con ese polvillo, mi piel quedaba muy maltratada y de paso me intoxicaba.

Si bien en algunos países han prohibido que haya este tipo de polvo en los guantes, aquí en Perú se venden en las farmacias.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) confirmó en un boletín la prohibición de los guantes con talco a raíz de los problemas de salud que estos pueden generar, como la inflamación de las vías respiratorias, reacciones de hipersensibilidad y alérgicas (incluida el asma), daño pulmonar, granuloma y adherencias en el peritoneo. Ver Enlace

Había escuchado que en un supermercado de Lima vendían guantes de plástico sin polvo, pero era difícil manipular los alimentos y se rompían fácilmente.

Así que César y yo, tuvimos la misión de encontrar estos guantes de nitrilo. Había leído en el fanpage de Celiacos Unidos en  Argentina que lo utilizaban y estaba libre de ese polvo.

Volviendo al tema de Invita Perú, la señorita que inspeccionaba cada stand de la feria, me preguntó si tenía guantes y le dije que los estaba buscando.

- Buenos días, ¿tiene guantes para manipular los alimentos? –me preguntó.
- Todavía no tengo, pero hoy voy a conseguir –le respondí, con la esperanza de encontrarlos ese día.
- Sabes que es una regla fundamental tener los guantes –me replicó la supervisora.
- Yo comprendo, pero la mayoría de guantes que encuentro tienen polvo en su interior que bien puede ser  talco o harina de trigo; así que como comprenderás ese tipo de guantes no puedo utilizarlo, no puedo intoxicar a un celiaco. Sólo dame tiempo para encontrarlos  –le respondí

La supervisora un tanto confundida por mi respuesta, trató de entenderme, mientras le explicaba que era la celiaquía y que mis productos eran libres de gluten y se retiró.

Sinceramente, prefería que el personal se lavara bien las manos y manipulara los alimentos antes de tener ese guante con talco.

Pasaron un par de horas, y llegó mi esposo con una caja que sería nuestra salvación: los guantes azules de nitrilo sin polvo, sin talco para manipular los alimentos.


César me contó que los pudo encontrar en el mercado central. Nunca los había visto en mi vida, y tuve el privilegio de ponérmelos. Saltaba de alegría con mi caja de guantes jajajaja, de paso separaré unos cuantos cuando vaya al dentista.

Y así fue que usando los guantes de nitrilo iniciamos la preparación de helados artesanales fritos sin gluten.



jueves, 9 de agosto de 2018

“Mi hija no quiere hacerse el descarte de celiaquía”



Un buen día, le propuse a César ir a “La Casa del Celiaco” a almorzar algo rico.
Llegamos, nos pusimos cómodos y ordenamos lo que queríamos comer. Mientras eso sucedía, a mi costado derecho estaba una señora que también había pedido algo para almorzar y las dos nos pusimos a conversar.

-¿Eres celiaca? –me preguntó
-Sí, lo soy –le respondí- ¿usted también es celiaca? –le pregunté
-No lo sé, pero creo que sí –me respondió- ¿desde hace cuantos años eres celiaca?
-Desde hace 7 años y medio –le respondí
-Estoy buscando un buen médico para que me haga el descarte de celiaquía, ¿es por análisis de sangre verdad? ¿a qué medico debo acudir? –me preguntó la señora.
-Es por análisis de sangre y biopsia de intestino –le respondí- a mí me hicieron los dos, y en los dos salí positiva.
-Ahhhh, bueno yo vengo a almorzar eventualmente aquí, me hace sentir bien –me comentó la señora -¿Cómo te diste cuenta que eras celiaca?
Aquí le hice un resumen de todos mis síntomas que comenzaron desde que eran muy pequeña.
-Eso mismo le pasa a mi hija –me comentó- ella tiene 30 años, es casada, pero cada vez que come algo con harina de trigo se descompone.
-¿Por qué no le dice que se haga el descartes de celiaquía? –lesugerí
-Ayyyy, tantas veces le he dicho, pero no me hace caso –me respondió- dicen que son cosas mías, que la deje tranquila, pero no puedo estar tranquila, es mi hija. Día a día veo como se enferma continuamente, y yo no puedo hacer nada.
Me quedé pensando en ver como ayudar a la señora y le sugerí que lea mi blog.
-Eso haré, pero mi hija tiene un carácter tan irritable, que las pocas veces que nos vemos discutimos, porque yo le hago una dieta especial sin gluten y ella en mi cara se pide una lasagna, tallarines y se come en mi cara –me respondió con tristeza.
En ese momento, traté de entender a las dos. La mamá que quiere curar a su hija, y la hija que no quiere recibir ayuda.
-¿Alguna vez la ha visto algún médico a su hija? –le pregunté.
-Sí, ha pasado por muchos médicos y ya se cansó, también le han tocado unos médicos muy malos –me respondió.
-Pero, debe recuperar su salud para que viva bien –le sugerí.
-Claro, eso mismo le digo, pero no hace caso. Mira que ella está muy subida de peso, y come un montón –me respondió.
-Mire, creo que ya hizo todo lo posible señora –le respondí- ya depende de ella, porque es adulta, sólo dígale que se atenga a las consecuencias.
-Sí, sé que le puede venir una enfermedad mas grave, ya no sé que hacer –me comentó- te cuento que mi hija no toma licor, pero hace años salió con unos amigos y se tomó un vaso de cerveza y tuvieron que llevarla de emergencia al hospital. Casi se muere.
-Puede ser celiaca, pero eso lo diagnostica el médico –le dije- le daré algunas referencias para que también usted se haga los exámenes.
-Gracias, me has ayudado –me dijo- ojalá y pueda convencer a mi hija, no tengo apoyo ni de mi yerno, ni de mi esposo.

Ambas nos despedimos con un fuerte abrazo. Estoy segura que la señora, pase lo que pase, no dejará sola a su hija. Me acordé de mi madre, que jamás me dejó sola ni antes, ni durante, ni después que me diagnosticaron celiaquía; y le agradezco infinitamente.
Hay varias personas que pasan lo mismo, que la amable señora de la historia, a quién mantendré su nombre en reserva. Como van las cosas, es muy probable que su hija reaccione cuando “toque fondo” en pocas palabras, que le pase algo muy grave y se lleve el susto de su vida, sólo espero que cuando eso suceda, no sea demasiado tarde.

Si tú me estás leyendo, y eres la hija de la señora, mira que comprendo a tu madre, trato de comprenderte a ti. Debes saber que eres una persona especial, tu madre te quiere por sobre todas las cosas, quiérete tú también. Es muy bonito disfrutar la vida con buena salud, sin salud, nada se puede lograr y hazte el descarte de celiaquía de inmediato. Si sale positivo, no estás sola, hay varios celiacos, incluyéndome, que te podemos ayudar. Un abrazo.

lunes, 25 de junio de 2018

Como afrontar el frío invernal y alentar a la Selección Peruana



Pues llegó el invierno y siento más frío que en todos los años anteriores.

El invierno se hizo presente en esta capital limeña mucho antes de lo esperado (como extraño el verano). Sentía tanto frío que hasta dolor de cabeza me daba, y solo se me calmaba a la hora de dormir, pero no podía estar durmiendo todo el día. Me puse calentadores, casacas, y nada, el frío me llegaba a los huesos. De un momento a otro, me convertí en una chocolatera compulsiva: no hay día que pase sin dejar de tomar un buen chocolate caliente, y hasta dos me tomo. Una amiga mía me recomendó tomar gelatina caliente, me dijo que la mantenía calientita en el invierno, así que eso haré, aunque me toca decidirme entre la gelatina caliente y el chocolate caliente… mejor me quedo con los dos.



A medida que el frío se intensifica, empiezo a sentir, otra vez, mi dolor en la rodilla. Pero siempre los dolores musculares, se acrecientan en invierno. Yo estoy acostumbrada a bañarme con agua hirviendo, aunque por este frío el agua está saliendo tibia. Tengo a la mano mi bolsa de hierbas medicinales, que la compré de un supermercado, la caliento un par de minutos  en el microondas y me la pongo en la rodilla más adolorida, y vaya que sí ayuda.



Con mucha alegría disfruté que el país de mis amores, pasara al Mundial de Rusia 2018. Hasta me puse a llorar en el momento de la clasificación, me compré mi gorrito y hasta mi casaca con los colores de la selección, me aprendí también los cánticos de la hinchada.  Lamentablemente, mi país  perdió dos partidos claves del mundial. Si bien le falta experiencia a los jugadores en los mundiales, estoy segura que los chicos aprenderán bastante y sobretodo ganaran experiencia. Tal vez lo que más me mantiene en calor es la emoción que hay en cada partido de fútbol, si bien no soy muy fanática, me siento contagiada del entusiasmo de la gente. Cuando ya no pasen partidos de la selección peruana, igual animaré al país que mas me simpatiza, y me mantendré en calorcito.

Pienso en que sería buena idea vacunarme contra la gripe, más por la salud de mi familia, ya que este invierno amenaza con ser muy friolento. Y mientras el frío avanza, contaré con la infaltable taza de chocolate caliente y mi bolsa de hierbas.

sábado, 9 de junio de 2018

La tarea con gluten del colegio de mi hijo


Mi hijo mayor va al nido del colegio en donde ha ingresado. Siempre lleva un cuaderno de control, donde la profesora me indica como le ha ido durante el día y si dejó alguna tarea para realizar en casa.

Justamente, la profesora de inglés envió una tarea a los niños indicando que debían hacer un experimento con PAN DE MOLDE por dos semanas y papá o mamá servirían de guía. Tan pronto leí la palabra “pan” simplemente me asusté. Lo primero que pensé es que mejor mi esposo César sea el que haga el experimento junto con mi hijo, pero luego desistí, yo era lo suficientemente capaz de hacer una tarea con mi hijo, así estuviera gluten… siempre y cuando no implique comerse el pan.

La tarea consistía en ver un video en inglés sobre el pan. En el video indicaba que había que separar dos tajadas, una de ella debía ser manipulada con la mano sucia “pan sucio” y el otro pan manipulado con la mano limpia “pan limpio”. Luego, cada tajada debía ponerse en una bolsa con cierre hermético y guardarlos por algunos días a ver qué sucede. Según el video, a los panes le salían hongos, sólo que al “pan sucio” tenía más hongos que el “pan limpio”. Esta tarea era con el fin de enseñarles a los niños, la importancia de la higiene.

Se me ocurrió que tal vez, podía utilizar un pan sin gluten para hacer el experimento, y así no tendría problemas… pero el pan sin gluten cuesta caro y me dolería desperdiciar dos tajaditas y verlos honguearse.  Noooo, mejor escojo el pan baratito de trigo, igual le saldrá hongos.

Procedí con el experimento, y me costó. Le dije a mi hijo lo que tenía que hacer y después de manipular ambas tajadas, las guardé en su bolsita y a esperar. Avisé a la familia que nadie tocara esas tajadas de pan embolsado.

Pasaron 7 días, y no salía ni un honguito.

-¿Tanto preservantes, le echaran a este pan? –pensé- ¿y la tarea?

Le comuniqué a la profesora, y me dijo que esperara una semana mas. Así que decidí al pan “sucio” ponerlo en la azotea de mi casa, que le cayera el sol, la lluvia y si le caía una caquita de pájaro mejor así y se hongea mas rápido, todo en la bolsa, claro.



Llegó el día 8, y me percaté que el pan “limpio” había desaparecido.

-¿Quién se comió el pan? –pregunté un tanto alarmada a mi esposo, la niñera y la señora que limpia la casa.

-¡Alguien se tragó el experimento! –exclamé- ahora mismo, debe tener un cólico, por tragón o tragona.

Todos me dijeron que ninguno se lo había comido.  Tuve que conseguir otra tajada de pan, para hacer el experimento de un pan con las manos limpias. Nuevamente manipular pan y volar a lavarme las manos.

Se cumplieron las dos semanas, y ni un honguito en ningún pan, ni siquiera el que dejé en la azotea. Se lo comuniqué otra vez a la profesora y me dijo que siguiera conservando el pan, y que solamente mi hijito llenara un formato sobre la textura que siente del pan y lo que huele.

Así que, cogiendo valor, le acerque la bolsita con el pan “limpio” que ya tenía una semana y mi hijito lo tocó, lo olió y lo sintió bien. Bajé de la azotea el otro pan “sucio” mi hijito cogió la bolsita, la olió y me dijo.

-Mamá, este pan huele feo uff –respondió mi hijo haciendo gesto de asco- huélelo tú

Lamentablemente, sin querer acerqué mi cara a la bolsa y salí espantada a lavarme la cara y la boca con jabón y pasta dental. No sentí el olor porque estaba a cierta distancia, pero la bolsa chocó mi cara y no me atrevía a acercarme mas.

Finalmente, terminó su tarea y pudo entregar su trabajo. Sigo contemplando los panes, a ver cuando se animan los hongos a salir. Tal vez, para la próxima consigo un par de tajadas de pan sin gluten (pequeños nomás) que no duran mucho, para terminar el experimento mas rápido.

miércoles, 23 de mayo de 2018

Me contaminé en una fiesta infantil



Llegó el fin de semana, y teníamos una fiesta infantil. Una amiga mía, me había invitado al cumpleaños 2, de su hijita.

Cuando vamos a una fiesta, usualmente vamos César y yo junto a mis dos hijos. Justamente, para esa fiesta, César no podía, tenía que ir a hacer un trabajo. Así que yo, decidida me animé a ir sola con mis dos hijos.

- No hay problema, puedo con mis dos hijitos –pensé- ¿que podría salir mal?, pues nada.

Sinceramente, yo me sentía animada; y pensar que cuando era soltera me animaban las fiestas de cumpleaños de mis amigos, ahora estaba contenta en asistir a una fiesta infantil con mis hijos. Me compré hace unos días, un maquillaje sin gluten y decidí usarlo, para que mis hijos me vean otra cara y no la cara de "mostra" de siempre. Nos alistamos, y nos fuimos a la fiesta. César nos llevaría y nos dejaría en el lugar de la fiesta.



Cuando finalmente llegamos, me corrió un frío helado por el cuerpo, como si tuviera un mal presentimiento. Sinceramente, no quería que César se fuera y me dejara sola con nuestros dos hijos, pero nuevamente me mentalicé ¿qué podría salir mal?.

Habían muchos invitados, encontré una silla libre para mí y mis dos pequeños, quienes se habían quedado dormidos en el carro y recién se habían despertado… y el mayor de mis hijos no estaba de muy buen humor.

Salió la animadora a animar la fiesta infantil, y fue el momento para que pasaran las primeras bandejas de sándwiches con pollo. No imaginé que mis hijos cogerían los sándwiches, usualmente no les provoca, ¡agarraron los sanguchitos de pollo!. Tenía la esperanza, que se lo terminaran inmediatamente, hasta que el mayor de mis hijos, solo le dio una mordida y me dijo:

-Toma el pan mamá, ya no quiero –me dijo mi hijito
-Déjalo en un lado, mi amor –le respondí
- Nooo, tómalo –me respondió con cierto enfado

Bueno pues... cogí el pan que me dio mi hijo, lo puse a un lado y fui volando al baño a lavarme las manos; no sin antes dejar al mas pequeñin de la fiesta al cuidado de un invitado. Tan pronto entré a baño, escuché el llanto de mi hijo, pensó que lo había abandonado. Regresé rápido, lo cargué, y se calmó. Definitivamente, ya no podía regresar al baño.

Pasaron las palomitas de maíz, pensé que podía comerlas, y cogi tres bolsias, una para cada uno. Todos estábamos comiendo canchita, cuando se me vino un pensamiento aterrador a la cabeza:

-¿Y si la persona que hizo las palomitas, también hizo los sanguchitos? –pensé- ¿tendrán gluten?
Y mientras pensaba eso, mi hijito menor, metió su manito con migajitas de pan en mi bolsa de palomitas. Ya era tarde, me había contaminado.

Llegaron mas personas, y todavía no habían cantado el cumpleaños y no tenía muchas ganas de quedarme. No sabía si en cualquier momento me descompondría o tal vez era mi imaginación y no había digerido gluten. Mi hijo menor, seguía comiendo lentamente el sanguchito que cogió al principio de toda la historia, me la devolvió también… quería regresar al baño a lavarme las manos y no podía. 
Y cantaron el cumpleaños, me apuré para pedir un taxi de regreso y no encontraba. No había señal en mi celular, y debía salir al patio de la casa. Y mientras pensaba eso, mi hijo menor de acercó con entusiasmo a la mesa de bocaditos para coger los alfajores, mientras se bajaba los adornitos que había a su paso. Lo cargué inmediatamente, y se me ocurrió darle un alfajor a mi pequeño. Justo se le ocurrió ir al baño a mi hijo mayor, y lo acompañe con el menor en brazos. Esperando en la puerta del baño, me dí cuenta que mi hijo menor se estaba comiendo el papel del alfajor!!! Ya me puse histérica y metí el dedo en su boquita retirando el alfajor y buscando el papel,  que ya se lo había tragado. Cargué a mi hijito, quien recién se dio cuenta que mamá se había pintado y decidió coger con mu manito de alfajor los labios de su mamá.

-No hijito, no me toques la bocaaaa –levanté un poco la voz, un tanto histérica.

Algunas invitadas me miraban raro, habrán pensado:

“Madre desnaturalizada, no quiere que su hijito le toque”

Finalmente, entró la señal a mi celular y pedí un taxi. Con el menor en uno de los brazos, cogí en mi otra mano al mayor y me puse la mochila, con las sorpresitas y globos encima. Parecía un “ekeko” y subimos al taxi.

Llegué a casa, agotada y nerviosa, corrí a lavarme las manos y decirle a César que nunca mas iría a una fiesta infantil sola. Después de eso, mis hijos se durmieron y yo también.

“Mi fiesta” continuó al día siguiente, cuando me levanté con migraña, dolor de articulaciones y dolor de estómago. Tomé mucho líquido, mis pastillas gluten assist a ver si me recuperaba en algo, y un panadol para la migraña. Sentada en el water (donde se dice que es un buen sitio para meditar) me puse a pensar si hubo alguna manera de evitar todo eso. Sinceramente, me sentí frustada, yo siempre me cuido y algo hice mal ayer, algo salió de mis manos y me encontraba tirada en la cama con mucho cólico. Le pedí ayuda a César, para que sólo me acompañara, mientras todo pasara. Él me acompañó un momento, me dio fuerzas, y me dijo claramente que a veces esas cosas pasan, que lo superaré.

-Pudiste utilizar un pañito húmedo para limpiarte la mano –me dijo mi esposo.
-Eso no sirve –le respondí- solo agua y jabón quitan el gluten de las manos.

Me tomó tres días la recuperación y aunque siento como si me hubieran dado algunos golpes en el estomago, y llena de gases, ya puedo ir a atender a mis hijos.

jueves, 17 de mayo de 2018

¿Las medicinas tienen gluten?



Hace unas semanas atrás, me enfermé. Mis hijos estaban con una infección respiratoria, así que era muy probable que me hayan contagiado. Después de visitar al médico, me recetó antibiótico por 6 días.

-¡Vaya problema! –pensé- ¿y ahora? ¿Cómo saber si este antibiótico tiene gluten? Pues buscaré al laboratorio que me certifique que este antibiótico no tiene gluten.

Me imagino, lo que varios pensarían ¿acaso un celiaco debe tener cuidado inclusive en las medicinas que toma? La respuesta es contundentemente SI.

Usualmente, siempre acudimos a la medicina alternativa cuando nosotros los celiacos tenemos problemas de salud, pero ¿que pasa cuando no resulta o para e tratamiento de la enfermedad hay que tomar las medicinas convencionales?

Las pastillas, las capsulas, los jarabes pueden contener gluten. Siendo más específica, se puede encontrar en los excipientes y almidones. Y lo que nos toca como celiacos, es llamar al laboratorio para preguntar si tiene gluten o no, o en todo caso, solicitar ayuda de una farmacéutica que haga el servicio de leer toda la composición de la pastilla y confirmar si es apta o no para celiacos.

Volviendo a mi caso, fui a la farmacia, y la farmacéutica que me atendió fue gentil en leerme la composición del antibiótico de un determinado laboratorio, y descubrió que sí tenía gluten. Por suerte, ese antibiótico lo elaboraban varios laboratorios y aunque me quedé media hora en la farmacia leyendo la composición de cada uno, pude conseguir uno libre de gluten, que por cierto provenía de un laboratorio extranjero y era el mas caro. En esos momentos, que más daba, me compré mi medicina, tomé los 6 días y todo muy bien. Este fue mi caso en particular.

¿Demora mucho el laboratorio en dar la respuesta?
En ocasiones, cuando ni la farmacéutica, ni los ingredientes que se menciona en el papel adjunto de las pastillas especifican si tiene gluten, hay que llamar al laboratorio.
Yo he llamado a los laboratorios para preguntar por la composición de algunas medicinas, y la respuesta me ha llegado dos semanas después. ¿Acaso un enfermo debe esperar dos semanas para la respuesta del laboratorio? Pues definitivamente no. Y aunque el laboratorio se disculpó por la tardanza en la respuesta, le agradecí que me hicieran caso en la consulta que hice. No hay nada mejor para un ser humano que sentirse bien de salud, en definitiva dependiendo que tan mal esté uno de salud, hay que tomar la medicina que toca, siempre bajo la supervisión del médico en especial si la vida está en riesgo. Siempre poniendo en una balanza el beneficio que podría dar esa medicina y el riesgo que podría correr una persona si tiene gluten.

¿Qué pasa cuando la medicina es única para tratamiento de una enfermedad?
Estoy inscrita en algunas comunidades de celiacos de varios países, y en una de ellas, un celiaco con vih, estaba preocupado si debía tomar sus retrovirales porque no sabía si tenían gluten.  Aparte que los participantes de la comunidad le dábamos ánimos para que siguiera adelante porque estaba al borde de la depresión, la respuesta más acertada a su consulta, y que tuvo la aprobación de la mayoría de participantes decía que hay que “Priorizar, a veces es mas grave no tomar un medicamento que el riesgo de que tenga algo de trigo, avena, cebada y centeno, y si lo tiene la cantidad es insignificante”.
El retroviral era la única medicina que tenía para mantenerse en buena salud, debe tomarla así tenga gluten o no. Aún así, el participante investiga si tiene gluten.

Hay varios celiacos que deben tomar pastillas diariamente por el tratamiento de enfermedades. Si bien, es cierto que la ingesta del gluten en el organismo es acumulativo, la medicina debe ser sin gluten.   Ver enlace

En caso de que sólo exista un laboratorio que los fabrique, y en el peor de los casos manifieste que esa medicina tiene gluten, consultar al médico si no hay otra medicación alternativa y si el tiempo de ingesta de la medicina va a ser de corta duración. Como mencioné antes, si sólo es único el medicamento, no queda mas remedio que tomar la medicina, siempre siempre bajo supervisión del médico.

viernes, 11 de mayo de 2018

Un Día del Celiaco fuera de lo común




El Sábado 5 de Mayo, Día Internacional de la celiaquía fue un dia agitadísimo para mí.
A medida que a fecha se acercaba, me ponía nerviosa. Sentía como si se acercara la fecha de mi cumpleaños, jajajaja. Estaba muy emocionada.
Para ese día, desde semanas antes había planeado organizar un desayuno entre un grupo de personas celiacas en La casa del celiaco, para celebrar… celebrar que al fin descubrimos lo que nos hace mal que es el gluten (el gluten es una proteína que lo tiene la harina de trigo, cebada, centeno y avena), que podemos vivir con muy buena salud y llevando una vida normal sólo siguiendo al pie de la letra y con todos los cuidados una dieta libre de gluten.
Desde hace meses, tuve la idea de poner un panel led publicitario en el mes de Mayo, anunciando que era el Día del Celiaco. Ahora era el momento.
El aviso tendría tres presentaciones, quisimos que aparte del Dia del Celiaco, sea un aviso informativo, y así quedó:



Por sugerencia de mi esposo César, pensó que sería bueno hacer una transmisión en vivo en plena Av. Javier Prado cruce con Av. Guardia Civil, a medianoche, donde saldría el anuncio por el Día del Celiaco. Me comuniqué con la niñera para que cuidara a mis hijos, y nos propusimos a hacer la transmisión.

Nos tomó tiempo encontrar el mejor ángulo en donde podría aparecer la publicidad en la cámara, nos demoramos, al final a las 12:45 am se hizo la transmisión en Vivo y con mis nervios y todo , algo simpático salió.

Llegamos agotados a la casa y dispuestos a dormir, cuando no tenía planeado que mis dos hijos se despertarían buscando arrullo de mamá y créanme que me costó pero o hice.
Lo que no logré hacer, fue levantarme temprano para asistir al desayuno que había organizado con un grupo de chicas celiacas para celebrar nuestro día. Me costó levantarme, y César estaba con todo el malestar del resfrío. Pero igual me acompañó.

 Llegando a la Casa del Celiaco, las chicas me estaban esperando y las noté emocionadas por nuestro día y por el panel publicitario led que había puesto.



Comimos bien, sin restricción, estábamos todas felices. Conversamos amenamente, nos reímos de todo lo que habíamos pasado, nos aconsejábamos, dispuestas siempre a darnos la mano ante cualquier problema de salud que tengamos.
Ese día comimos como nunca, de paso que habían llegado nuevos productos sin gluten y había degustación. Esos momentos son gloriosos, para nosotras, así que había que probar. Había organizado también un sorteo por un vale de consumo, y las chicas que asistieron me apoyaron en todo el evento, que salió ameno y divertido.

Llegó la hora del almuerzo y no nos quedó espacio libre en el estómago, jajaja.

Nos despedimos, creo que fue el momento mas triste de la reunión. Para nosotros los celiacos, se nos hace dificil encontrar a alguien con quien compartir un desayuno, almuerzo o cena sin incomodar o que nos comprendan… pero esa reunión fue muy motivador. Salimos renovadas y listas para seguir adelante con la dieta. Es bonito tener un grupo de amigas que empatice con uno y se divierta, creo que no debería pasar mucho tiempo para volvernos a reunir así.



domingo, 22 de abril de 2018

Crónica de un desayuno dominguero "sin gluten" fallido




Llegó el domingo, y tuve la idea de hacer algo diferente a los demás domingos “tomar desayuno fuera de casa con la familia”.  Era las 7:30 de la mañana, y le dije a César mi idea, y le gustó. Le pasó la voz a sus padres y nos organizamos para una salida dominguera. Alisté las cosas de los niños, traté de arreglarme alguito y salimos. Saldríamos a desayunar en un restaurante que tenía opciones libres de gluten y que anteriormente había ido y no tuve problema alguno, el personal estaba bien informado.

Llegamos, nos instalamos y esperamos al mozo. Cuando llegó el mozo, la primera en pedir la orden fui yo.

- ¿Alguna opción sin gluten? –pregunté esperando una respuesta afirmativa.
- No hay en la carta –respondió el mozo.
- ¿No hay? –pregunté nuevamente al mozo.
- Le podríamos dar jugos, ensalada de frutas, y aquí hay una lista de sándwiches vegetarianos –me respondió el mozo.

Miré la carta a ver esa lista de sándwiches vegetarianos, a ver si eran de panes de arroz, maíz y lamentablemente no había nada de eso.

- Pero estos sándwiches tienen pan integral –le dije al mozo
- Sí, así es, es lo que usted está buscando – me respondió el mozo
- La dieta sin gluten es sin trigo, avena, cebada y centeno. Este pan de harina de trigo integral y tiene gluten, no lo puedo comer –le respondí
- Entonces le sirvo un jugo o ensalada –replicó el mozo

Me sentí decepcionada. Hace un tiempo cuando asistí al restaurante, hasta me dieron pan sin gluten y tuvieron cuidado en mis cubiertos. Tenían noción de la dieta sin gluten, pero ahora me estaban ofreciendo un sándwich vegetariano con harina integral. El mozo no tenía ni idea de la dieta del celiaco.

- Me trae dos huevos sancochados con cáscara y todo. Sin pelar –le dije al mozo
- ¿Con cáscara? –me preguntó intrigado
- Sí, con cáscara, no vaya ser que lo pelen, después de haber manipulado algo con pan –le respondí un poco alterada.

El mozo no tenía la culpa, no sabía, no le habían capacitado sobre el tema; pero me sentía mal. 
Me disculpé con César y salí a buscar una farmacia para comprar una leche vitaminizada libre de gluten, que sería mi desayuno.
Regresé al restaurante y llegó el mozo con una bandeja de panes de trigo que habían ordenado mi esposo y mis suegros, lo puso en frente mío. Le pedí por favor, que lo alejara de mí. El mozo entendió y lo apartó.

Luego observé que el mozo, despachaba bastante pan a todos los clientes, y aparecieron mis dos huevos sancochados sin pelar. Sólo me comí un huevito, me sentía incomoda, tenía el olor de todos los panes del restaurante en mi nariz, se veían realmente ricos.
- Esa leche vitaminizada es como un desayuno completo –me dijo César, tratando de tranquilizarme.
En ese momento, llegó el desayuno de mis hijos y le empecé a dar a uno de ellos, su juguito y su tamalito que tanto le gustaba… y ya estaba a punto de ponerme a llorar, mas porque había sido idea mía salir, para tener un desayuno inolvidable, aunque en el fondo sí lo fué. Me hubiera quedado en casa, preparando el desayuno.
Así que me animé a decirle a César que saldría a comprar algunas cosas en el supermercado, habían dos supermercados cerca. César no entendía, porque se me ocurría salir en ese momento, pero accedió y me fui con uno de mis hijos.

Trate de relajarme en el supermercado, pero mi hijo mayor parecía que había tomado energizante, y se puso a jugar con la carretilla del supermercado, lo que hizo que me alterara mas. No soy mamá perfecta, pero intento serlo. Respiré profundo y al menos algunas cosas para la semana compré. 

- Vamos Carmen, ánimo –me decía a mí misma- acuérdate que quedó un pedacito de torta sin gluten en tu refrigeradora (la que sobró del cumpleaños de mis hijos).  

Regresé al restaurante y simplemente no entré. Esperé a que saliera César con mi otro hijito, para regresarnos a casa y poder comer alguito. Ya aprendí mi lección, otro día llevo mi lonchera o sino me quedo en casa a preparar el desayuno.





viernes, 20 de abril de 2018

Y llegó el gran día: El cumpleaños de mis hijos



Organizar el cumpleaños de los hijos, debería considerarse uno de los trabajos mas arduos y a la vez con mas amor que existe, vale la pena con tal de ver la sonrisa de ellos, y mas aún si son pequeños.
Me esforcé el máximo para que todo saliera perfecto, y con una Mesa sin Gluten. Mi esposo César estuvo apoyándome, y como primer paso, me sugirió que las invitaciones a la fiesta, tuvieran el símbolo sin gluten (aunque nadie supiera que cosa era) debería estar en la invitación. César hizo el diseño y salió genial y las empezamos a repartir en físico y otras a pasarlas por Whatsapp.





Me fui a los supermercados con César a buscar dulces sin gluten. Si bien conocía de algunas marcas, descubrimos mas dulces libres de gluten, entre ellas conseguí  frunas, gomitas, wafer, chupetes, lentejitas, chocolates y galletas.




Después de comprar todo eso… empecé a dudar si ofrecer una Mesa sin Gluten, para comérmelo todo yo solita, nadie mas iba a valorar los dulces sin gluten como yo, jajaja. Pero ¡no!, quiero que la gente pruebe, quería ver su reacción, a ver que pasa.

La niñera de mis hijos, bajo mis indicaciones e ingredientes sin gluten preparó la mazamorra morada, arroz zambito, gelatina y la chicha morada.

Yo, me encargué en preparar las trufas, los alfajores, el mousse de chocolate, cupcakes decorados con manjarblanco, crema chantilly y grageas y las 2 tortas, todo sin gluten.







Respecto a las tortas sin gluten, decidí hacerlas yo, hace un buen tiempo. Hice varias pruebas meses antes, para lograr la torta soñada. Las tortas estuvieron rellenas de manjarblanco Nestle, libre de gluten y si bien no era torta de chocolate, consideré el hacerle un baño de chocolate, de esta manera consentía a mis hijitos con su postre favorito y decorando cada torta con las frutas que mas les gusta a cada uno; menos mal mi hijo mayor ya estaba mejor de su alergia, así que tenía permiso del médico para “pecar” ese día especial.



Los sándwiches de pollo debían estar, y me tocó buscar a un buen proveedor, que elaborara panes sin gluten y de confianza. Me contacté con la empresa Yunka Kusi, a preguntar si hacían panes ¡Que buena pregunta! Si siempre hacen panes y bollerías sin gluten. Hice mi pedido, a pesar que no había comprado nunca sus panes, pero confié, porque había comido el paneton y me gustó. El relleno sería pollo con mayonesa y la mayonesa sin gluten sería una que encontré en un supermercado de Lima, en una sección de El Corte Inglés.
Recuerdo que un dia antes de la fiesta solo dormi un par de horas, y finalmente logré terminar.

Sobre la decoración, como anécdota contare que participé en una subasta y gané el alquiler de menaje de trupan que son los más solicitados en fiestas infantiles. La proveedora me dijo que los pintaría antes de entregármelos. César y yo nos encargamos en la decoración de la mesa, pusimos los bocaditos y un letrero indicando “Mesa sin gluten" junto con la foto de nuestros hijos. Con los dotes de diseñador de César y mi afición al scrap, la mesa quedó lista.





El ajetreo fue fuerte, César y yo calculamos que irían 25 niños, a los mas 30 y eso que habíamos repartido como 45 invitaciones. Se nos había metido en la cabeza que no todos irían al cumpleaños, era día de semana, los padres estarían ocupados…nos equivocamos, pues fueron 40 niños con sus respectivos padres y algunos con niñeras y había que atenderlos a todos como se debiera. A los pequeños les encantaron los dulces, a los padres y niñeras igual. Algunos me preguntaban sobre la Mesa Sin Gluten, y les expliqué en que consistía. Cuatro horas duró la fiesta, y recuerdo que recién al final, logré sentarme y para comer los sándwiches que se hizo de los panes de Yunka Kusi que quedaron muy ricos. Así que tranquila con la bandeja de los sobrantes, me dí mi gustazo, pero eso sí a controlarse no vaya a ser que termine mal del estómago, y no por haber comido algo con gluten, sino por tragona jajaja.









jueves, 12 de abril de 2018

Dilema golosinero



Desde hace unos días, había notado que mi hijito mayor se rascaba insistentemente el brazo y el dorso de las manos y habían aparecido unos puntitos rojos. Así que, para salir de dudas, decidí llevarlo al dermatólogo.
- Tiene una dermatitis producto de una alergia –diagnosticó el médico -¿alguno de ustedes es alérgico? –preguntó
Aquí la mayor culpable soy yo así que se lo manifesté al médico.
- Yo –le respondí-altamente alérgica y soy celiaca
- Bueno, yo soy solo alérgico –respondió César
Mi esposo también es alérgico, no tanto como yo, en conclusión: nuestros hijos están premiados.
- Entiendo –dijo el médico - le recetaré una crema y un jarabe antialérgico y no deberá comer nada de chocolate, y ninguna golosina con colorante, ni preservantes por dos semanas –dijo el médico
- ¿Dos semanas? Dentro de poco será su cumpleaños ¿no comerá nada? –le comenté al médico un tanto preocupada
- Uhm, bueno sólo por el día de su cumpleaños, que coma algunos, pero supongo que para esa fecha ya no tendrá esta alergia –respondió el médico
- Yo haré la torta, sin gluten y algunos bocaditos también ¿y si los bocaditos son de casa? –le pregunté nuevamente al médico - ¿hay algún problema?
- No habría problema, siempre y cuando no tenga colorantes, ni preservantes –respondió el médico
En ese momento, se me iluminó el foquito y me acordé de los dulces orgánicos.
- ¿Y puede comer caramelos orgánicos? –le pregunté nuevamente
- ¿Qué es eso? –me preguntó el médico
¿Qué cosa? ¿No sabe que es un producto orgánico? Mas me sorprendió que supiera que era celiaquía, pero que no sabía que era un producto orgánico me sorprendió.
- Los caramelos orgánicos no tiene colorantes artificiales, ni preservantes –le respondí
- Uhmm, puede ser –me respondió con cierta duda.

¿Y ahora? ya había decidió hacerle un cumpleaños a mis hijos con bocaditos libres de gluten ¿Cambiaré el “menú golosinero sin gluten infantil”? Ya había comprado algunos dulces sin gluten, no orgánicos y varios con chocolate que tanto les gusta a mis hijos, pero ante este diagnóstico estaba con incertidumbre.

Conversé con mi nutricionista, y le pregunté qué tan perjudicial podría ser para mi hijo que consumiera dulces orgánicos estando con alergia. Me respondió que si le podría afectar, porque uno también es alérgico a sustancias naturales.
La decisión estaba en mis manos. Así que después de darle vueltas al asunto, si bien iba a preparar torta de chocolate, la haré sin chocolate y consideraré el manjarblanco sin gluten que venden en Perú. Me acordé de mis cumpleaños cuando era niña, que mi abuelita Olga me preparaba mi arroz con leche, mazamorra y con mucho afán lo ponía en la mesa para que comiéramos junto con la gelatina. Haré la mazamorra morada y su arroz con leche. Sobre la gelatina aunque si bien tiene tartrazina (colorante alimenticio causante de alergias), debe estar presente para todos los invitados y sé que mis hijos comerán un poco porque más se animarían a comerse su combinado. Los caramelos serían orgánicos ya lo decidí, por el estado de mi hijo prefiero que consuma esos caramelos, no serán muchos (el bolsillo aprieta), aunque serviré también un poco de los caramelos no orgánicos que compré.
Sobre lo salado, los sándwiches de pan sin gluten estarían presentes y de bebida la muy rica y refrescante chicha morada (bebida hecha de maíz morado). La gaseosa (refresco con gas) para los padres.

Veré si incluyo más cosas en el menú golosinero, seguiré pensando me quedan unos días.

sábado, 7 de abril de 2018

Organizando un cumpleaños sin gluten




Se acerca el cumpleaños de mis hijos, los príncipes de Mamá Celiaca, ambos nacieron en el mismo mes, así que cada vez que se acerca la fecha de los cumpleaños de mis hijos, siempre me planteo la misma pregunta, desde que nacieron:

1.       ¿Sirvo bocaditos sin gluten a mis invitados?

El año anterior, celebré los cumpleaños por separado, aunque en el caso del menor fue una reunión pequeña, mi hijo era pequeñito y ni cuenta se daría si realizaba una gran fiesta… Y de paso que me ahorraba algo. Y en cuanto a los bocaditos, mis hijos no son celiacos, pero mamá SI, así que los bocaditos eran con gluten a excepción de las tortas, que esa la hice yo, con mucho cariños para mis hijos. Los invitados comieron todo, y yo …  la torta por supuesto, no toda, jajajaja, pero parte de ella.

Sin embargo, este año, mis hijos están mas grandes, y son mas vivos que papá y mamá juntos. Y volviendo la pregunta a la mente, decidí que este año sería diferente, me arriesgaría a preparar una mesa con bocaditos libre de gluten, buscaría dulces aptos, sándwiches libres de gluten, otros bocaditos y la torta la haría yo como siempre.

Le comenté a algunos familiares cercanos y tuve varias opiniones encontradas:

-          Te saldrá muy caro, es arriesgado

-          ¿Pero los caramelos sin gluten tienen igual sabor que los normales?

-          Espero que a todos les guste, no es normal encontrar una mesa sin gluten

Actualmente, me encuentro sacando cuentas, para que mi bolsillo no me duela tanto… hay algunos productos sin gluten que en verdad, no deberían costar tanto. Pienso hacer unos bocaditos en casa, buscando que el sabor, contextura y aspecto sean muy parecidos a los de trigo. De vez en cuando, hago mis dulces, a mis hijos y mi esposo les gusta, pero ahora el reto será mayor y tendría que salir perfecto para que mis hijos, mi familia en verdad lo disfruten. Me quedan unas semanas para ir practicando y ver que bocaditos irán en la mesa, que gusten a grandes y chicos.

sábado, 24 de marzo de 2018

Buscando el huevo de pascua sin gluten



Hace unos días, me llamó una amiga mía preguntándome si conocía una marca de huevos de pascua de chocolate libres de gluten, la razón: en el colegio de sus hijos iba a haber intercambio de huevos de pascua, sus hijos eran celiacos, y no quería privarlos de ese gusto.

Si bien estamos cerca de la pascua, y pronto empezará la Semana Santa donde se estila mucho venden huevos de chocolate; no se me ocurrió pensar que en un colegio, iban a pedir huevos de pascua… bueno actualmente en el colegio piden cada cosa que en mi época no pedían (eso fue hace unos añitos atrás je).

Me lo tomé muy personal, y decidí yo misma buscar los huevos de pascua sin gluten. Me acordé que el año pasado, encontré varias marcas importadas, sobre todo brasileras, de huevos de pascua y que decían “Sin Gluten”. En ese momento, no los compré porque el precio era muy alto, aun así, me alegró que existieran algunas alternativas sin gluten.

Ingrata fue mi sorpresa, cuando este año llegué a los supermercados de Lima, y sólo había marcas nacionales de huevo de pascua, y lo peor que al leer los ingredientes tenían el dichoso trigo o el extracto de malta o especificaban que en el ambiente en donde fueron elaborados habían trigo (contaminación cruzada).

Me comuniqué con una amiga mía Argentina, y le hice la consulta a ver si sabía de alguna marca de huevos de pascua sin gluten en Argentina… a veces en Lima, encuentro marcas de dulces argentinos, y podría encontrar alguna. Lamentablemente, me dijo que los únicos huevos de pascua de chocolate sin gluten, se elaboran artesanalmente en Argentina pero que buscaría marcas.

Llamé a un supermercado que importaba chocolates, y me dijeron que no había especificación en la etiqueta sobre el gluten.

Luego, llamé a una tienda especialista en importar dulces y me dio una noticia no muy alentadora: "Carmen, el huevo de pascua, es un producto estacionario; es muy difícil que se importen huevos de pascua y más si son sin gluten. Te deseo suerte en tu búsqueda".

Sin perder las esperanzas, seguí buscando, pero debía existir algún dichoso huevito sin gluten, si mayormente son dulces para niños.
- ¿Acaso no piensan en los niños celiacos? –pensé- ¿Qué cosa pienso? Si con las justas algún grupo pequeño en el Perú sabe lo que es el gluten, menos sabrán que es ser celiaco.

Pensando en los hijos de mi amiga, llegué a una tienda de productos orgánicos, donde vendían aparte de productos orgánicos, productos sin gluten también.
Se me iluminaron los ojos cuando vi a la venta el huevo de pascua, elaborado por la misma tienda. Inmediatamente pregunté al encargado, si era libre de gluten. El encargado me dijo que en el ambiente donde lo trabajan no hay nada que sea gluten; y que el chocolate era uno nacional y que no tenía gluten. Me comuniqué con el mismísimo dueño de la marca de chocolate y me dijo que aunque no tenía certificación de ser libre de gluten, en el ambiente donde lo elaboran, no trabajan nada con gluten. Le sugerí aun así que consiguiera la certificación para tener la confianza en comprar el chocolate. Con ese descubrimiento bajo la manga, me apresuré a llamar a mi amiga y contarle mi “hazaña”. Me comprometí con mi amiga, que iba a probar el chocolate primero, a ver si tenía alguna reacción. Mi reacción al gluten es inmediata, me descompongo inmediatamente. Así que misma “conejillo de indias”, me compré el huevo, me comí un trozo del chocolate y a esperar la reacción.
Primer día: Todo bien (y eso que antes del chocolate me comí un plato de pallares, todo ok)
Segundo día: Todo bien.

Mi amiga agradeció el gesto y prefirió esperar hasta el tercer día a ver si seguía bien. En unas horas llegará el tercer día, y tengo la esperanza que seguiré con buena salud. A cruzar los dedos, con fé.

jueves, 15 de marzo de 2018

No eres celiaca porque no tienes ascendencia europea ¿y dónde están las rubias?



Hace unas semanas, decidí visitar a mi amiga Lizbeth de "Una Vida Gluten Free", celiaca así como yo. Estuvimos hablando de todo un poco, en resumidas cuentas una conversación muy amena, hasta que de pronto me comentó:

- Carmen, antes que me diagnosticaran celiaquía, me sentía tan mal de salud, visitaba médico tras médico y no daban con lo que yo tenía. Así que me informé, y todo indicaba que tenía celiaquía. Sólo que el médico, no quería hacerme el examen de sangre para descartar celiaquía porque no tengo ascendencia europea – me dijo mi amiga.

- ¿Te hizo el médico alguna pregunta sobre tu ascendencia, tus parientes, de que origen eran? – le pregunté tratando de contener la risa.

- No, sólo me miró – me respondió mi amiga.

En ese instante, nos reímos tanto a carcajadas, que en este momento mientras estoy escribiendo este post, me estoy riendo también.

- Así que por la cara, así de simple, no tienes ascendencia europea. Pues estamos iguales – le respondí, sin parar de reírme – no soy rubia, ni tengo ojos azules, ni verdes. ¿Será que en el fondo no soy celiaca?¿el examen que me hice era puro cuento porque no tengo ascendencia europea?

- Ehhh pero yo soy más morocha que tú – me respondió Lizbeth sin parar de reírse.

- Ahora que me acuerdo, a una amiga mía le pasó algo parecido, no le quisieron hacer el examen de celiaquía, porque el médico la miró y le dijo en pocas palabras “no eres europea, no puedes ser celiaca”– le conté a Lizbeth.

- ¿Qué les está pasando a los médicos que dicen eso a la ligera? - pensamos en voz alta las dos.


MITO:

1: “La enfermedad celíaca sólo afecta a las personas de origen europeo” – FALSO
Fuente


Es verdad, que hay varios celiacos de origen europeo pero la celiaquía afecta a todos los grupos étnicos. Y en caso fuera verdad, aquí la mayoría de peruanos somos una mezcla de razas.

Así que estimados lectores, cuando deseen hacerse el examen para descartar celiaquía, y el médico salga con una opinión de estas, ya saben que responderle. Sigan insistiendo a que le hagan su descarte.

domingo, 4 de marzo de 2018

Un potente desinflamante: El llantén (Receta)



El otro día, esta mamá celiaca metió la pata (literalmente)… pero esta vez, fue muy fuerte: dí un mal paso, me caí dos escalones, y mi pie quedó adolorido. Saqué cita con el traumatólogo, felizmente no tenía nada grave, pero aparte de recetarme unas pastillas que no me animé a tomarlas, por miedo a que tuvieran gluten, me dijo que necesitaba terapia física.
Estuve algunos días cojeando, esperando a que se vaya el dolor, cuando apareció esta plantita milagrosa que la recomiendo ahora mismo: el llantén.
El llantén es una planta herbácea que tiene propiedades medicinales, entre ellos es muy buen desinflamante.

Receta del desinflamante:

- Hojas de llantén
- Agua

1. Poner a hervir agua.
2. Lavar minuciosamente unas 5 hojas de llantén
3. Verter el agua caliente encima de las hojas y dejar reposar. Esperar a que enfríe y utilizar.



Se utilizan las hojas y el agua. Las hojas se utilizan como un cataplasma para colocar en el área inflamada del cuerpo. Yo coloque dos hojas del llantén en mi pie y las cubrí con una media. Me dormí con las hojas toda la noche, y al día siguiente el dolor en mi pie había disminuido considerablemente. Continué con el procedimiento por varios días.


Otros usos del llantén

Después que mi pie se desinflamó, me acordé que cuando era mamá lactante y mi busto terminaba inflamado de tanta succión de mis bebés, las hojas de llantén aliviaban mi malestar, colocándome las hojas como compresas en la parte afectada.

El agua restante de la infusión de las hojas también puede utilizarse, para desinflamar la piel dañada. Por ejemplo: mi hijo de 1 año lo utiliza al bañarse, cuando tiene su piel irritada.
La verdad, tengo mucho que agradecer a estas hojas de llantén, gracias a ellas no necesité tomar desinflamantes. Espero que pueda servir a otra persona también.

miércoles, 28 de febrero de 2018

28 de Febrero: Día Mundial de las Enfermedades Raras



El último día de Febrero es el Día Mundial de las Enfermedades Raras, y este año 2018, tocó 28 de Febrero.

Por motivo de este día, el día de hoy, el ministro de Salud del Perú firmó la resolución que autoriza la pre publicación del proyecto de reglamento de la Ley Nº 29698, que declara de interés nacional y preferente la atención y el tratamiento de las personas que padecen de estos males.

Además el Ministro de Salud firmó otra norma que crea un Comité de Expertos de Enfermedades Raras y Huérfanas, el cual estará integrado por especialistas del sector y se encargará de la calificación de estas enfermedades y su tratamiento, mientras se apruebe el reglamento de la Ley N° 29698. Ver Enlace.

Eso sí es una buena noticia. Claro que me alegré, ayudaría a muchas personas con enfermedades raras en Perú. ¿Y la celiaquía? la celiaquía en Perú es muy poco conocida, podía ser considerada como enfermedad rara, yo espero que sí (es mi opinión personal), independientemente si para unos sea una enfermedad y otros lo consideren una condición sería beneficioso para nosotros.

Como dato adicional, en el Perú, el Ministerio de Salud ha identificado 399 de estas enfermedades y se estima que afectarían a 2.5 millones de peruanos.

Espero que el Ministerio de Salud tome en cuenta a los celiacos. Sería muy bueno que  la Federación Peruana de Enfermedades Raras (Feper) como lo ha manifestado en su reglamento,  capacite a especialistas en enfermedades raras. Todos merecemos un trato humano y justo. Existe un desconocimiento grande por parte del personal médico de cómo tratar a un celiaco tanto en el diagnóstico, en la etapa de su recuperación o como tratar una intoxicación por gluten, en especial si se trata de entidades públicas.  Es momento que eso cambie de inmediato.

lunes, 19 de febrero de 2018

Anécdota: Huyendo de un carnaval con "harina"




Y llegó el verano. En verano, en la costa del Perú se manifiesta en los meses de Enero, Febrero, Marzo y hasta mediados de Abril. La verdad me encanta el verano, es una estación que de alguna manera pone a la gente mas contenta y eso contagia.

Llegó el fin de semana, y con mi familia decidimos darnos un paseíto por el Circuito Mágico del Agua del Parque de la Reserva para ver todas las piletas que había y así los niños podían distraerse y pasábamos una bonita tarde. Ver Enlace.

Todo al menos, transcurrió con normalidad: los niños miraban asombrados las fuentes ornamentales y veían con asombro la salida del agua de cada pileta y como formaban figuras.

Cesar Junior paseaba con su triciclo y cuidaba en no mojarse; mientras que el mas pequeño de mis hijos, con toda la seriedad que lo caracteriza, solo atinaba a observar desde su cochecito todas las piletas sin pronunciar palabra.

César Junior se animó a ingresar a uno de los juegos inflables para niños que había en el lugar, es lo que más le gusta. Y ahí estaba mi hijo, corriendo por los juegos totalmente animado bajo la mirada de su padre; mientras que yo me animaba a irme a pasear por el parque con mi otro hijito con la ayuda de la niñera.

En ese momento, a los lejos pude divisar una caravana de personas que se acercaban, bailando, cantando con vestimentas y serpentina en el cuello.

-Pero claro si estamos en carnavales –pensé- es normal que salga una comparsa.

En ese momento, ante mis ojos veía que los bailarines de la comparsa empezaban a tirar un polvillo blanco a las personas que transitaban por el parque y tenían un spray de espuma en la mano. En otra situación, cualquier persona estaría contenta disfrutando… pero en mi caso, no era así.




-          ¡Miercoles! –pensé- ¡que no me vengan a tirarme harina encima!

Fui donde la niñera y le dije que tuviera cuidado con la comparsa y agarrara bien el coche del pequeñin y se alejará, mientras que yo me correría al otro extremo del parque… si era posible.

Mientras me alejaba, miraba con susto que los bailarines empezaban a jalar a la gente y los invitaban a bailar con ellos y de paso les tiraban el polvillo blanco.

La comparsa pasó y me acerqué donde Marina. A la niñera que le había caído algo del “polvillo” en la oreja.



-          Señora, creo que es talco –me dijo

En ese momento, se me acercó César y me dijo que era talco, porque le sentía aroma. Igual no sabía si tenía gluten o no, así que decidí salir de una vez del lugar; la comparsa estaba recorriendo todo el parque y temía que me alcanzara el “polvillo”.

Me acordaba que hace tiempo disfrutaba los carnavales, pero las cosas habían cambiado; si no estuviera ese polvillo blanco sería genial, pero que se va a hacer así son los carnavales.
A pesar del impase, mis hijos disfrutaron el paseo.

jueves, 8 de febrero de 2018

Receta: Un desayuno nutritivo con quinua y sin gluten






Hace años, en mis primeras semanas como celiaca recién diagnosticada, pues solía desayunar leche sin lactosa, jugo de papaya y pan integral. En ese momento, supe que mi desayuno debía cambiar, además ya mi organismo no asimilaba nada. Mi desayuno debía ser nutritivo, ligero y sobretodo sin gluten. Me rehusaba a dejar la leche, porque según yo: un desayuno sin leche, no es desayuno. Mi nutricionista cambió automáticamente mi punto de vista y me dijo que “la leche no era indispensable, que nada me pasaría si la dejo de tomar”
Mi nutricionista me dio una receta eficaz, de un buen desayuno sin gluten y que cubria todas mis expectativas.

Ingredientes:
- 175 gramos de quinua
- 1 pera
- Canela
- Clavo de olor
- Suficiente agua
- Endulzante a gusto: stevia ó azúcar ó panela.

1. Lavar la quinua varias veces, y se elimine la espuma que sale durante el lavado. La espuma que aparece cuando se lava la quinua se llama, saponina, y es altamente tóxica; es por ello que esta etapa es muy importante; hay que lavar la quinua tantas veces que se pueda hasta que aclare





2. Sancochar la quinua con agua, que cubra toda la quinua y con 3 dedos de diferencia. Agregar canela y clavo de olor. Cuidar que el fuego no sea muy alto, la quinua se quema fácilmente. Ir chequeando eso.



3. Mientras se va cocinando la quinua, ir eliminando la espuma que aparece en la superficie durante la cocción. Esta espuma, es la saponina que ya mencioné anteriormente.



4. Aparte, pelar la pera y cortarla en pequeños dados. Sancochar la pera hasta que esté transparente. Retirar del fuego.



5. Después de unos 40 minutos, la quinua estará sancochada.



6. Mezclar la quinua con la pera. En esta etapa, se puede agregar un poco del jugo resultante de la cocción de la pera, le da un sabor ligeramente dulce.
Finalmente, servir en un tazón y endulzarlo con stevia o azúcar o panela o si prefieren no le echen azúcar; a veces la pera esta tan dulce que ni falta hace endulzar la quinua.



Recomendación:

  • Aunque en el empaque de la quinua indique que ya está lavada, hay que lavar la quinua de todas maneras.
  • Si se desea, licuar la pera o hacerla puré y mezclarlo con la quinua sancochada. 


Algunos pensaran que es parecido a una papilla de bebé… que es algo cerca de la realidad, este desayuno es nutritivo para grandes y chicos y sobretodo es uno de los más ricos que he comido en mi vida. Con este desayuno basta y sobra.


jueves, 1 de febrero de 2018

Receta: “Calcio casero para tener los huesos fuertes y sanos”



Nosotros los celiacos, tendemos a tener osteoporosis. Así fue lo que me dijo mi nutricionista y mi gastroenterólogo cuando fui diagnosticada.

Se podría decir que hay muchas personas que desde jóvenes sufren de osteoporosis y ni saben que son celiacos también. Pues ambos están muy relacionados.

Así que mientras yo pensaba que pastilla tomar para fortalecer mis huesos, mi nutricionista Geraldine me dijo que no me hiciera problemas, que no tomara pastillas de calcio por los efectos secundarios.
A cambio de eso, me sugirió que consumiera la cáscara de huevo, pues tiene un aporte importante de calcio.

De acuerdo a la publicación “Mejor con Salud”, una cáscara de huevo está compuesta de carbonato de calcio, que también es el principal ingrediente en algunos antiácidos. Cada cáscara de huevo de tamaño mediano tiene alrededor 750-800 mg de calcio. Ver Enlace.

Mi nutricionista me dio la siguiente receta del “calcio casero”, que se las comparto:

1. Sancochar 1 huevo (en la foto sancoché 2).



2. Una vez sancochado el huevo, retirar la cáscara y reservar.



3. Echar el zumo de 1/2  limón. El zumo del limón sirve para ablandar la cáscara.



4. Dejar reposar la cáscara del huevo con el zumo de limón por 1 día.

5. Al día siguiente, echar la cáscara del huevo en una sartén y llevarlo a fuego bajo, y mover continuamente. Esto es con el fin de quitarle toda la humedad a la cáscara de huevo y evaporar el zumo. Este procedimiento solo toma 1 minuto, no dejar que la cáscara se tueste, solo esperar a que se evapore el líquido.



6. Echar la cáscara de huevo en un mortero y pulverizar la cáscara.



7. Quedará como arenilla.



8. Consumir ¼ de cucharadita de cáscara de huevo diariamente. Puede mezclarse en un vaso de jugo de fruta.



Sugerencias:

  • Antes de sancochar el huevo, lavarlo bien.
  • La cáscara a utilizar, siempre debe ser de un huevo sancochado.
  • Todos los utensilios deben estar bien lavados antes de usarlos.
  • Es conveniente comprar una sartén pequeña y mortero que solo sirva para tostar y pulverizar la cáscara de huevo.
  • Para conservar la cáscara pulverizada y consumirla por varios días, es recomendable guardarla en un recipiente de vidrio hermético en la parte baja de la refrigeradora. Personalmente, yo la consumo en el desayuno.

Esta receta es mucho mejor que tomar una pastilla. Espero les haga servido, un abrazo a todos.