martes, 10 de octubre de 2017

A nada, mejor un repechaje



Hace tantos años que Perú no clasifica a un mundial, ufff años. Recuerdo que el último mundial que ví a Perú en el mundial era en España 1982, y era muy niña. El recuerdo más vago que tengo es haber llorado ese día que Polonia, le metió al Perú 5 goles y a Dios gracias, Perú metió el golsito “del honor”.  Desde esa fecha, todo el Perú sueña con clasificar al mundial del futbol, pero no se ha conseguido. A decir verdad, ya se me habían ido las ganas de ver un partido de futbol.
Pero este año 2017, algo sucedió, algo que se pensaba que era imposible estaba a punto de lograrse, que Perú clasificara al Rusia 2018. Reconozco que me contagié de toda la algarabía que había: mi gente estaba más contenta que antes y hablar de la clasificación del Perú se volvió una moda por estos lares. La gente hacía su “agosto” vendiendo camisetas, vinchas, gorros, pelucas, bubuzuelas y orejas de cartón con los colores patrios de Perú y cada vez que uno pasaba por la calle se veía que el que menos usaba la camiseta peruana.

Hace tiempo no cantaba “Contigo Perú”, y la verdad lo cantaba con el corazón en la mano, y me dí cuenta lo hermosa que era la letra. Hasta a mis hijos les cantaba Contigo Perú, y les gustaba cuando su mamá cantaba a pesar de tener la voz desastrosa. Mi esposo no estaba durmiendo bien últimamente, siempre pensaba en futbol. Mis compañeros de trabajo estaban igual, y como me dijo uno de ellos: todos estamos pensando en el futbol, es decir a Modo Futbol.  
Y llegó el día del partido decisivo en donde si Perú conseguía una victoria, pues clasificaba directo al mundial. Ahora le tocaba jugar con Colombia y había posibilidades de una victoria. No estaba segura si Perú la iba a hacer, sin embargo me dejé contagiar por el entusiasmo de mis compatriotas. Hasta me animé a comprar unos snacks libres de Gluten para disfrutar el partido  y recomendar en el fanpage. En las calles la algarabía era total, las personas vistiendo la roja y blanca, gente cantando “Contigo Perú” y  pantallas instaladas en las calles principales de Lima para que la gente disfrute el partido. Fue difícil encontrar movilidad saliendo de mi trabajo, pero lo conseguí y al llegar a mi casa, mi familia me esperaba ansiosa por ver el partido.


Los snacks que compré se acabaron antes de empezar el partido, así que me defendí tomando mi suplemento con mis hojuelas libres de gluten. De los nervios, mi estómago me empezaba a fallar, ese es el problema de tener colon irritable, cuando uno se pone muy emotiva se le ocurre funcionar sin horario fijo.  En este caso, mejor comer algo ligero para no hacer trabajar mucho al estómago. El partido lo vería en mi casa junto a la familia. A punto de empezar el partido, cante el himno con tantas ganas como si fuera el último partido que vería, la energía era desbordante. La canté junto con mi hijo mayor que ya se sabía la letra del himno, mientras agarraba con fuerza la manito de mi menor hijo.  Mi esposo, se metió a la cama a ver el partido, de los nervios, ni podía mantenerse de pie.


Empezó el partido y lo ví parejo en el juego, hasta que vino el gol de Colombia y se me bajaron los ánimos.

-Uyyy no, ya fuimos  -eso pensé

La verdad pensé que ya habíamos perdido, y que nuestras ilusiones eran sólo esos ilusiones. Hasta que mi hijo mayor me pidió que le ponga una vincha que decía “ARRIBA PERÚ” y con ese detalle de mi hijo, me dio a entender que a pesar de los momentos difíciles, ya sea por el futbol o no, siempre hay que mantenerse en alto y seguir creyendo en la patria.
Y llegó el gol peruano del empate, las esperanzas se recuperaban, y todavía podíamos alcanzar una victoria. Sin embargo, no ocurrió pero por nuestros resultados obtenidos, pasamos a zona de repechaje para volver a intentar otra vez,  obtener un cupo en el mundial. La gente estaba contenta, las esperanzas habían regresado… es ahí que me vuelvo a plantear si sobreviviría nuevamente a toda esa algarabía, y entusiasmo de la gente. Creo que sí, bienvenido el repechaje y a viajar a Nueva Zelanda.

Por último, solo me queda felicitar a las selecciones que clasificaron de forma directa como Brasil, Uruguay, Argentina y Colombia. Y a las demás, pronto vendrá su revancha. Les manda un gran saludo, Mamá Celiaca Cero Gluten.


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