En el nido de mis hijos, hubo una fiesta de disfraces con motivo de Halloween y para el almuerzo habría un buffet criollo para celebrar el día de la canción criolla.
A mí me dieron la tarea de preparar el “combinado” de arroz con leche con mazamorra morada. El día anterior junto con la niñera de mis hijos nos enfrascamos en la ardua labor de preparar todo eso, y me gustó el resultado final.
Al día siguiente, junto con mis hijitos disfrazados y mi esposo llevamos el combinado al nido. La fiestecita de los niños estuvo muy entretenida, y cuando llego la hora de almorzar, pues me sorprendí ver en la mesa la famosa carapulcra, sopa seca servida, papá a la huancaína y tamalitos verdes y postres con trigo. Pensé que podría comerme los tamalitos verdes, pero no estaba segura si tenía gluten o no y desistí. Por supuesto, que se me hizo agua a la boca todos los platos, pero pensé en mi salud y en los cólicos que me darían si le doy una probadita y se me pasó. Mi esposo, le sirvió sopa seca a mi hijito, era la primera vez que lo probada y comía sus tallarines con esmero. Me senté a su costado para percatarme que comiera todo su plato y de pronto me acercó el tenedor con tallarines en la boca y me dijo:
-Come mamá –me dijo mi hijito
-Ayyyy noooo, aléjalo de mí, eso tiene gluten –atiné a responder acertadamente.
Mi hijito me miró y me alejó el tenedor con tallarín rápidamente. Sin embargo, casi cedo a la tentación. Lo malo, es que lo dije tan alto, que algunas madres me miraron como diciendo “que le pasa a esta loca, que no quiere comer”. Bueno, ahí no saben que soy celiaca, solo la maestra de mi hijito que se preocupó que no comiera nada. Sin embargo, fui preparada y la mazamorra morada y el arroz con leche que hice eran aptos, así que ese fue mi almuerzo (me llene la boca del combinado) que por supuesto, no estaba mal.
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