domingo, 4 de junio de 2017

Anécdotas de una Mamá Celíaca

Si bien es  difícil llevar una dieta libre de gluten, en un principio; con el pasar del tiempo, se hace más llevadera. Lo que hasta ahora se me hace difícil es que la gente comprenda mi dieta; que por más que yo me esmere por explicarla, no la entienden, muchas veces.  Antes me molestaba, ahora simplemente me hago la pregunta ¿me molesto o me río? Mejor me río.


Anécdota 1: Mi primera salida como celíaca diagnosticada a una pizzería
Me imagino lo que estarán pensando ¿Qué hace una celíaca en una pizzería? Jajaja, eso mismo me pregunto yo ahora.
Era fines del año 2009, y un grupo de amigos decidió hacer una reunión en una pizzería. Yo no quería faltar a esa reunión, pero tampoco me atrevía a decir que soy celíaca, recién diagnosticada. Así que me mentalicé que no me provocaría la pizza, jajaja.
Tan pronto pisé la pizzería, el olor a pizza me llegó hasta el cerebro. Me encontré con unos amigos, y les diré que poco me acuerdo lo que conversamos. Lo que mas me acuerdo es del exquisito olor a pizza. Y entre conversación y conversación, llegó el mozo con la carta. Casi muero, y cuando me preguntaron qué pizza iba a elegir… no me quedó mas remedio, que decir, que era celíaca.
–¿Qué es eso? –me dijo uno de ellos (pensaban que era una nueva religión).
–Bueno, es que debo seguir una dieta libre de gluten, que no contiene ni trigo, ni avena, ni cebada, ni centeno –dije, y hablé ampliamente de lo que es mi dieta.
Al final de toda mi conversación, me dijo uno de ellos:
–Entonces mejor pide una pizza hawaiana, esa no tiene mucha grasa.

Conclusión: Mejor, me rio.



Anécdota 2: Mi primer almuerzo en una clínica, después de dar a luz
En el año 2014, nació mi primer hijo. Mi esposo y yo estábamos muy felices, de tener al fin en brazos a nuestro bebé. En medio de tanta alegría, recuerdo que el médico me dijo: Carmen, tu primer almuerzo será una dieta suave. Estaba totalmente de acuerdo, y recalqué que era celíaca. Personal de la clínica me dijeron que no había ningún problema, pues tendrían cuidado en la preparación de mi almuerzo.
Como toda celíaca, soy desconfiada de la comida que me sirven, cuando es fuera de casa. Me llegó el almuerzo, así que lo examiné antes de consumirlo. Me habían dado sopa de pollo con y de refresco un vaso con emoliente.

Observación: 
-El gluten está presente en el trigo, avena, cebada y centeno.
-El emoliente está compuesto de linaza, agua, cola de caballo, cebada tostada, cáscara de piña, membrillo, jugo de limón, boldo y azúcar.
-El fideo de la sopa es de trigo.

Conclusión: ambos tienen gluten

Pensé que era una broma, en verdad, lo pensé. Mi esposo y mi madre estuvieron presentes cuando pasó eso, e inmediatamente llamaron al personal. En menos de una hora tenía al cocinero principal, la encargada de los alimentos y a una coordinadora en mi habitación de la clínica pidiéndome disculpas, pidiéndome disculpas del caso. Le dije al personal, que tuvieran más cuidado, porque tengo una reacción fuerte al gluten. Mi salud está en juego.



Anécdota 3: La pregunta de mi sobrino
Un día que fui a visitar a mi hermana, me encontré con su hijo mayor, mi sobrino de 4 años. Él vió que de mi cartera sacaba una bolsita de kiwicha dulce con el símbolo de la espiga de trigo tarjada. Se puso a mirar la bolsita y lo que más le llamó la atención fue el símbolo que estaba en un extremo de la bolsa.

–¿Qué es eso tía Carmen?  ¬–dijo mi sobrino–  ¿este dibujito qué es?
Me quedé con la mente en blanco, pues no quería aturdir a mi sobrinito contándole que su tía es celíaca, y como era mi alimentación.
–Quiere decir, que esta bolsita, no tiene ni trigo, ni avena, ni cebada, ni centeno–  le dije
Mi sobrino me puso una cara de preocupación, creo que no entendía que era el centeno.  Tenía que explicarle de manera fácil.
–Quiere decir, que no tiene gluten  –eso lo respondí–  el gluten lo tiene el trigo, avena, cebada y centeno, que es una comida que cae mal al estómago de tu tía. ¿Me entendiste sobrino? Esto es lo único que le cae bien al estómago de tu tía.
–Ayyy, Carmen, ahora sí que se la pusiste complicado otra vez– pensé
–Entendí tía  –me dijo mi querido sobrino

La verdad, no sé si entendió del todo, pero una parte sí.









Hola, si deseas recibir notificaciones de mis publicaciones, ingresa tus datos en el siguiente enlaceGRACIAS.

No hay comentarios:

Publicar un comentario