jueves, 22 de junio de 2017

A pesar de mis “achaques”, soy feliz jugando con mis hijos



Debo ser sincera, me gusta estar con mis dos pequeños hombrecitos. Me acuerdo que cuando era niña siempre soñaba que llegara un príncipe azul, jajaja, esos sueños infantiles… ese príncipe azul que me sacara del colegio y me llevara a pasear, y que me quiera muchísimo; pues debe ser que Diosito habrá pensado “Ya no pidas tanto, te mando dos, para que te quedes tranquila” y me mandó dos hermosos hombrecitos, que el mayor no deja de decir “Mamá, Mamá, Mamá” a cada rato y el menor, pues todavía no habla pero cada vez que me ve grita y me estira sus brazitos para que lo cargue.
Después de mis dos embarazos, terminé adolorida de todo el cuerpo, me dirán que es natural, pero a yo tengo un problemilla extra”, pues soy celiaca.

Los celiacos tenemos problemas de absorción de nutrientes, por eso siempre necesitamos una dosis extra de algunas vitaminas, de hierro y de calcio. Menos mal que algunas vitaminas libres de gluten, se encuentran en Lima – Perú, el calcio pues consumo cascara de huevo triturado, pero el hierro busco en pastillas; porque al igual que algunas personas con celiaquía estamos cansados que nos coloquen inyecciones continuamente. Aparte de ello, pues algunos de nosotros sufrimos problemas en las articulaciones, como es mi caso.
Se acordarán en uno de mis post pasados que comenté que cuando era niña me dio un dolor muy fuerte en la rodilla derecha, que me impedía caminar; pues bien, ese dolor se me aparece de vez en cuando y reconozco que se me hace difícil caminar y subir escaleras; pero hay que trabajar, hay que cuidar hijos y eso queda de lado. Hasta hace poco un médico que me examinó me dijo:
-Tienes problemas con los meniscos –me dijo
-Y ¿a qué se debe? –le pregunté sorprendida
-Bueno, eres celíaca –me respondió
Supe entonces que debía de lidiar con ese dolor de por vida, aparte de mi dolor a la columna que también lo tengo.
El médico me dijo que lo mejor que podría hacer es dejar de cargar a mis hijos, que risa me dá, con dos niños pequeños es muy difícil. Tengo días buenos en donde no me duele nada, en especial cuando es verano. Pero hay días de invierno, en que el dolor se me acentúa y debo ponerme comprensas de agua caliente en la columna y rodilla para continuar con mi vida “normal”.



Aun así sé que para mis hijos, es importante que mamá juegue con ellos. Quiero que siempre, recuerden que mamá jugaba con ellos, y no me recuerden como una mujer que solía estar con compresas calientes en la columna y en las rodillas, jajajaja. A mi hijos mayor, le gusta correr mucho, y a mí también, pero debo hacerlo con cuidado para que el esfuerzo no repercuta en mi rodilla; y a mi hijo menor recién está aprendiendo a caminar, pero tiene muchos gases y adora que mamá lo arrulle en todo momento, en el día, en la noche y madrugadas incluidas.
Así que me tomo mi tiempito, y mis cuidados para atenderlos y jugar con ellos, aunque a veces necesite ayuda extra porque se me tiran encima. Todo vale la pena, con tal de verlos sonreír.











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