Mi madre tuvo dos hijas, mi hermana y yo, por lo que, con una casa llena de mujeres, causó una gran sorpresa cuando mi hermana y yo tuvimos, cada una, dos hijos varones. Ahora nuestras familias están llenas de hombrecitos, jajaja.
Mi hermana siempre se ha mantenido al margen de mi celiaquía. Un día le sugerí que se hiciera el examen por prevención, pero aún no quiere, me dice que ella es sana, que nunca tuvo problemas con la comida y no se siente mal para nada. Se respeta su decisión, aun así le sigo insistiendo que se haga el descarte por precaución, no solo por ella, sino también por su descendencia.
Justamente se acercaba el cumpleaños del menor de mis sobrinos, y mi hermana me llamó para invitarnos al cumpleaños.
-Hola, Mana –me dijo- te espero este sábado para el cumpleaños de mi bebé
-Gracias, Manita –le respondí- estaremos César y mis dos hijitos.
Hubo un corto silencio y le pregunté.
-Mana, como ya tengo mi blog, soy Mamá Celiaca Cero Gluten, sé que me lees de vez en cuando ¿está vez me podrías preparar algo sin gluten? –le pregunté.
-¿Pero acaso no traes siempre tu lonchera? –me preguntó sarcásticamente- Está bien, te prepararé algo –me respondió.
-Muchas gracias Manita –le respondí entusiasmada.
-¿Por cierto, que puedes comer? –me peguntó
-¿Qué cosa?¿Qué que puedo comer?¿Acaso no te has dado cuenta después de tantos años viviendo conmigo? Busca algo con la espiga de trigo tarjada ¿o tampoco conoces el símbolo? –le increpé.
-Yaaaa, no te molestes, te tendré algo listo –me respondió- cómo no sé si mis sobrinitos son celiacos, los dulces serán para ellos también, si deseas –continuó.
Pues sí que me sorprendió mi hermana con lo que me dijo, se preocupó por mí y mis hijitos. Ahora, a esperar que va a preparar o que va a comprar. Es bueno que ella sepa también lo que puedo comer, no es por fastidiarla y nada por el estilo, pero es bueno que conozca y se mantenga informada lo que un celiaco puede comer.
Y luego de algunas noches, llegó el gran día. Más que el hambre, me mataba la curiosidad de ver que había comprado mi hermana.
-Mira Mana, este platito de bocaditos es para ti –me respondió mi hermanita.
Mi emoción fue grande ¡un plato de bocaditos sin gluten en casa de mi hermana, y para mí!
-Mira que también tenemos una amiga que está invitada y tiene problemas con la tiroides y sigue la dieta libre de gluten por indicación médica, estará aquí con nosotros y los bocaditos van para ella –me dijo mi hermana.
En el departamento de mi hermana éramos 23 personas en total, para que dos sigan la dieta libre de gluten, es bastante. Se ameritaba mínimo un plato de bocaditos. Para alegría mayor, había chicha morada (refresco de maíz); me tomé varios vasitos.
Muy aparte que mi sobrino cumpliera un año más de vida, y la pasamos muy bien, me alegró que mi hermana haya comprado los bocaditos libres de gluten, preocupándose por mi alimentación, mis hijos y su invitada.
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