Volviendo a la hora del almuerzo, pues me ha tocado pasearme por varios restaurantes y hacer las preguntas de rigor:
1. ¿Tendrá un plato libre de gluten o un plato para celíacos?
2. Y si lo tiene ¿cómo lo ha hecho?
3. ¿En dónde lo ha cocinado?
4. ¿Sabe de la contaminación cruzada?
5. ¿Puedo ver que marca de ingredientes ha usado?
6. ¿Puedo ver la cocina?
Tal vez, les parecerá gracioso, pero los celíacos somos personas especiales; nuestra salud está en juego. Ni que decir de las madres con hijos celíacos, que merecen todo mi más profundo respeto por todo lo que hacen por sus hijos a la hora de comer. A decir verdad, he sentido burla por parte de varias personas no celíacas, cuando hacía este tipo de preguntas en los restaurantes o en alguna reunión familiar, en donde la comida era la protagonista. A veces solo optaba por no comer, o llevar mi taper de mi comida apta. Y si no comía, venían mas preguntas:
1. ¿Estás a dieta?
2. Pero estas muy flaca ¿qué comes? ¿te sientes bien?
3. Está chica se quiere cuidar la línea
Hay reuniones en las que decido no ir, la anfitriona puede pensar que no me gusta su comida y no quiero incomodar a nadie. Además la verdad, todavía extraño la comida con gluten; para mi, han sido 30 años comiendo comida con gluten sin saber que era celíaca y debo reconocer que me he quebrado varias veces cuando con mucha hambre, he tenido que rechazar un plato con gluten. Adicionalmente, cuando he dicho que soy celiaca, y por eso no como los bocaditos tradicionales, vienen mas preguntas:
1. ¿Qué es eso?
2. ¿Qué te hace?
3. ¿Cómo te sientes?
En esas desventuras de la comida, conocí a la Sra. Violeta Zorrilla, celíaca así como yo. Me acuerdo cuando la conocí, hace 10 años aproximadamente en unas de las primeras conferencias que organizaba la Asociación de Celiacos en el Perú, estábamos sentadas juntas y comentábamos las exposiciones. De ahí, me di cuenta que Violeta era muy conocida en la asociación pues preparaba unas empanadas sin gluten riquísimas.
Pasaron los años, y Violeta inauguró en Lima - Perú: “La Casa del Celíaco” o también conocida como “La Casa de Violeta”, que en mi opinión personal, para mí, es como un oasis en medio de un desierto lleno de productos con gluten. Es un sitio acogedor, bien decorado, en donde puedo comer y comprar todo lo que se me apetece sin preocupaciones y sin gluten, por supuesto. Lo recomiendo ampliamente. Violeta es una excelente anfitriona y amiga personal, con ella puedo conversar todo lo que sea alimentación sin gluten, sin tapujos y compartimos experiencias. Los días de degustaciones son imperdibles; mientras que en los supermercados hay muchos impulsadores ofreciendo probar productos con gluten, en La Casa de Violeta es el único sitio donde puedo degustar a ojos cerrados. El personal que atiende es muy amable y debo comentar que su hamburguesa libre de gluten es lo más rico que he comido en mi vida, y eso que antes que se me diagnosticara la celiaquía comía hamburguesas, pero ninguna era tan rica como en La Casa de Violeta.
Actualmente, hay en Lima, algunos restaurantes que ofrecen comida libre de gluten y me alegro bastante que haya mas opciones donde celíacos tengan un lugar donde comer, pero Violeta fue la pionera. Violeta gracias por todo lo que haces por nosotros los celíacos. Este post es para tí, te lo mereces por tu constancia y esfuerzo.
Su fanpage es https://www.facebook.com/LaCasaDelCeliaco.com.pe/
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Hola! gracias por la informacion... Y cuales son los otros restaurantes que ofrecen platos libre de gluten?
ResponderEliminarHola, me da gusto que leas mi blog. Según lo que sé, en Lima - Perú: La Casa de Violeta de la Sra. Violeta Zorrilla y Twins Café GF de Alessandra Perona sirven sólo comida sin gluten. No he ido todavía a Twins Cafe, pero pienso ir. Luego en Lima hay otras restaurantes que tienen opciones sin gluten, lamentablemente no tengo la lista, pero iré a investigar si es posible por todo Lima.
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